Existen muchísimos tipos de molduras decorativas, desde las más estrechas y sencillas hasta las más anchas y recargadas. Su variedad es una de sus principales ventajas, ya que es posible encontrar una opción para todos los gustos. Sea como sea, los techos y paredes con molduras muestran un aspecto diferente, más elegante, que distingue los espacios y los enriquece en gran medida. Así, aunque el resto de la decoración sea muy sencilla, las habitaciones adquieren un aire espectacular.
Por eso, siempre es buena idea valorar la posibilidad de incorporar algunas molduras decorativas, aunque nuestros ambientes no tengan nada de clásicos ni señoriales. De hecho, este tipo de molduras le dan un toque genial a un espacio amueblado con piezas vanguardistas.
Una gran variedad para tus techos y paredes con molduras
Si te gusta este tipo de elementos decorativos y decides utilizarlos en tu casa, tendrás que elegir entre una gran cantidad de estilos, tamaños y modelos. En este sentido, yo te recomendaría que pongas por delante la moderación para no caer en el abigarramiento, algo que es fácil que ocurra si eliges molduras demasiado decoradas para el techo, por ejemplo.
Pero también puede ser que lo que busques sea un efecto dramático, casi teatral, y en ese caso las molduras pueden convertirse en un recurso magnífico.
La importancia de la proporción
Las molduras son un elemento perfecto para decorar los techos, pero para conseguir un buen resultado has de tener en cuenta algunos factores importantes. En primer lugar, es importante valorar la proporción del espacio. Si tus techos son altos, entonces admitirán molduras anchas y decoradas. Por el contrario, para las casas de techos bajos van mejor las molduras rectas, estrechas y sencillas.
Con las paredes sucede algo parecido. No tiene mucho sentido decorar profusamente con molduras las paredes de una habitación pequeña, ya que conseguiríamos abigarrar el espacio en lugar de lograr un efecto elegante y chic. Lo mejor es dejar las composiciones realizadas con este tipo de elementos para espacios amplios y desahogados.
Deja volar tu imaginación
Si tienes el espacio adecuado (una estancia amplia con suficiente espacio) puedes poner en práctica un montón de ideas para decorar las paredes con molduras. Puedes utilizar, por ejemplo, varias molduras de diferentes grosores creando rectángulos sobre la pared. O también utilizar los plafones de las lámparas de techo.
El color también puede darte mucho juego. Aunque el color más habitual para las molduras decorativas es el blanco, puedes pintarlas de cualquier color a juego con las paredes, incluidos tonos más o menos oscuros e intensos. De esta manera, las posibilidades decorativas de las molduras se multiplican hasta el infinito.
Diferentes materiales
Las molduras que normalmente se usan para decorar techos y paredes pueden ser de diferentes materiales. Son bastante habituales las de escayola, que tienen que ser colocadas por un profesional. Aunque no se trata de un material caro, al tener que recurrir a un escayolista el trabajo se encarece.
Sin embargo, existe una posibilidad a tu alcance que debes tener en cuenta: colocar molduras de poliestireno. Este material es muy ligero y fácil de manipular y puedes poner tu mismo las molduras de una manera muy sencilla.
Las molduras de poliestireno no pesan apenas y se colocan pegadas al techo o a las paredes con un adhesivo específico. Un trabajo fácil que puedes hacer tú mismo sin problemas, con el consiguiente ahorro que ello supone. Además, después puedes pintarlas sin problemas, utilizando pintura acrílica.
Atrévete y ponlas tú mismo
A la hora de acometer el proyecto DIY de instalar unas molduras decorativas en el techo o las paredes del salón o del dormitorio has de tener en cuenta algunos aspectos:
– Para empezar, la pared o el techo han de estar en buenas condiciones. Es decir, han de estar lisos, limpios y secos. Conviene reparar los posibles desperfectos que puedan tener y pasar un trapo seco para eliminar el polvo.
– Ahora ya puedes comenzar a pegar las molduras. Mide previamente y corta el trozo que necesitas. Después aplica el adhesivo en la propia moldura y colócala en el lugar adecuado.
– Comienza a pegar por los extremos y presiona durante unos segundos para que quede bien fijado.
– Una vez se haya secado por completo (atiende a las instrucciones del fabricante del adhesivo) ya puedes pintar las molduras del color que más te guste.
Como verás, el trabajo no tiene ninguna dificultad y los resultados son realmente espectaculares. ¿Te animas a hacerlo en tu casa?
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