Es algo totalmente nuevo, y tendremos que asumir cambios en nuestra vida cotidiana, tanto fuera como dentro del hogar. ¿Colgaremos un dispensador de gel hidroalcohólico al entrar en nuestra vivienda? ¿Necesitaremos prever una habitación de aislamiento? ¿Tendremos más tiempo que dedicar a arreglos y proyectos de bricolaje? ¿Nos seguirán gustando las viviendas diáfanas?
De momento, vamos ya introduciendo pequeñas variaciones en nuestras rutinas ahora que estamos aún en estado de alarma, confinados en nuestros hogares. Por eso no es descabellado pensar que los espacios de las viviendas van a transformarse en no mucho tiempo, y que quizá tengamos que volver a replantearnos tendencias que parecían haber llegado para quedarse…
Por ejemplo, los espacios diáfanos en los que la entrada de la casa quedaba incorporada al salón, e incluso a la cocina, podrían estar en vías de desaparición si, como parece desde la óptica post-confinamiento, vamos a necesitar un espacio de transición donde desinfectar ropa y calzado antes de circular por el resto de la casa…
Así lo explica Mónica García Fernández, arquitecta especializada en vivienda social y espacios sostenibles de Cómo crear historias, que lleva muchos años trabajando en proyectos de renaturalización urbana, jardines sanadores y ciudades resilientes:
Las viviendas post-covid 19 deberán ser capaces de absorber, por un lado, posibles confinamientos y, por otro, la posibilidad de descontaminarnos del exterior: en general, se tenderá a recuperar todo lo que estamos echando de menos durante el confinamiento y daremos más importancia a lo que nos ha ayudado: espacios que conecten con el exterior, luz natural y buena orientación en las viviendas, habitaciones independientes, pero a la vez viviendas más flexibles….
Seguro que, si lo piensas, se te ocurren a ti también muchos más posibles cambios que harías en tu futura vivienda o en tu hogar actual…
Aquí, hemos recopilado 15 posibles impactos que los nuevos estilos de vida (y quién sabe si los confinamientos recurrentes) podrían traer a nuestras casas en no mucho tiempo. Algunos ya los estamos practicando y, otros, aunque parecen de ciencia ficción, podrían estar más cerca de lo que parece…
1 Cocinaremos más, y el espacio cambiará
Al pasar más tiempo en casa, y debido a las restricciones en restaurantes y bares, cocinaremos más, con lo que la cocina pasará a ser un espacio aún más importante de la casa, si cabe.Será esencial diferenciar más las tres zonas básicas, la de preparación, cocción y la zona sucia de desechos y lavado.
Y prestaremos a la limpieza y la desinfección la máxima atención: tanto a las compras de alimentos que lleguen del exterior como a los cubos de basura, bayetas, paños y estropajos, en los que pondremos más el foco, tanto al comprarlos como en su mantenimiento.
Lo mismo pasará con las superficies, especialmente en lo que toca alos materiales de encimeras y muebles de cocina, que desearemos lisos, sin molduras ni tiradores… Lo ornamental pasará a un segundo plano.
Necesitaremos multiplicar el espacio para almacenar alimentos, aunque al hacer la compra localmente y disponer de nuevos servicios de entrega a domicilio por parte de pequeños comercios de vecindario, podríamos también optar por realizar compras más recurrentes (sobre todo, de producto fresco).
2 Haremos más vida (social) en casa
La nueva normalidad y la restricción de la vida social en las calles y los espacios de ocio habituales hará que los españoles nos hagamos un poco más europeos en nuestro estilo de ocio: la vida social girará en torno a los hogares; de hecho, ya se ha visto cómo se ha disparado la venta de alcohol y snacks en estas últimas semanas. Y es que si los bares cierran, seguiremos tomando el aperitivo en casa…Por todo ello, la comodidad primará sobre otros aspectos a la hora de distribuir y decorar nuestros hogares.
3 Necesitaremos más flexibilidad e independencia en las viviendas
En cuanto a la configuración de la vivienda, necesitaremos espacios flexibles que puedan servirnos para diversas funciones en cada momento del día o de la semana, al tiempo que mayor número de habitaciones independientes donde poder aislarnos si caemos enfermos, o para teletrabajar, concentrarnos en tareas como el estudio, etc.Muchos habrán descubierto las bondades del teletrabajo -explica la arquitecta- y querrán mantenerlo en lo posible, ayudando a reducir el tráfico en hora punta y la contaminación. Pero nuestras viviendas tienen que estar preparadas para poder disponer de espacios de trabajo, con mobiliario adecuado que garantice una buena ergonomía.
4 Volveremos a separar el hall del resto de la casa
Necesitamos espacios de descontaminación, vestíbulos de independencia a la entrada de nuestras casas, para desprendernos de lo que ha estado en contacto con el exterior: zapatos, ropa, accesorios…, razona Mónica García. En su opinión, quizá incluso precisemos tener un baño con ducha cerca de la puerta para ducharnos nada más entrar. Un baño que disponga además de lavadora o espacio para guardar la ropa sucia que ha estado en contacto con el exterior.5 Lavaremos la ropa más, y en un espacio diferenciado
Es posible que la necesidad de lavar y desinfectar vuelva a traer a nuestros hogares un espacio que había desaparecido en las viviendas pequeñas: el lavadero.Quizá también dispongamos en él de percheros en los que poder dejar la ropa de la calle que no podemos lavar a diario, pero sí desinfectar. En general, pasará a cobrar una nueva importancia dentro de la vivienda.
6 Dedicaremos más tiempo al bricolaje
No hay duda. Durante los periodos de confinamiento, o simplemente ante la recomendación de tener menor contacto social, dedicaremos nuestro tiempo libre a hacer más proyectos de bricolaje.Nos servirá para pasar el tiempo y para ahorrar a la hora de rehabilitar nuestras viviendas. Lo haremos también ante la facilidad de acceder a cursos y tutoriales en internet, y a la mayor disponibilidad de productos de venta online.
Además, se impondrán las obras secas y las pequeñas reformas DIY: pintar la casa uno mismo, cambiar los suelos con sistemas de tarimas en clic o losetas de vinilo, reacondicionar o tunear los muebles, crear proyectos personales en madera, cemento…
7 Necesitaremos espacios más despejados y fáciles de limpiar
La limpieza en casa ya no solo será un luchar contra los ácaros del polvo. Ahora el enemigo es mucho más peligroso y resistente… Se tratará de crear espacios despejados en los que, de forma sencilla, aspirando y fregando con lejía o con una bayeta y jabón, podamos eliminar los virus y bacterias que importemos de nuestras salidas a la calle.Por eso primarán los ambientes despejados y fáciles de desinfectar, con menos elementos ornamentales y, en general, el mínimo de muebles…
8 Seremos más exigentes con los materiales
Necesitaremos superficies que se limpien y desinfecten fácilmente, y por tanto materiales resistentes al uso de biocidas, explica la arquitecta Mónica García Fernández. También seremos más receptivos al uso de materiales sanos que no desprendan elementos contaminantes.En general, nos haremos más preguntas sobre la materia prima de la que están hechos los muebles, textiles y objetos que compramos para nuestra casa, y si su producción es sostenible, por lo que estaremos más sensibilizados hacia la producción local.
9 Haremos más compras online para la casa
Para evitar las aglomeraciones, se dispararán las compras online, pero no solo de ropa, sino también de objetos para la casa desde menaje de cocina o ropa de hogar hasta elementos de decoración y muebles, que montaremos nosotros mismos. Nada tendrá que aportarnos ver, por ejemplo, una exposición de muebles, si buscamos cabeceros de cama, que no podamos apreciar en las fotos de una buena tienda online. La oportunidad para los ecommerce de decoración es de oro…10 Despejaremos nuestras ventanas y conectaremos con el exterior
El confinamiento por el coronavirus nos ha mostrado la importancia vital de las ventanas, tanto para poder ventilar correctamente nuestras casas como,, sobre todo, para poder tener contacto con el exterior. Por eso es muy posible que terminemos por despejarlas definitivamente, eliminando cortinas, paneles y estores que nos estorben a su alrededor.Desde el punto de vista de la arquitectura, cobrarán más importancia. Al comprar una casa de segunda mano, las vistas y las ventanas al exterior serán un bien aún más preciado que antes, nos comenta nuestra experta. Los espacios con mucha luz natural y una buena orientación cobrarán más protagonismo, porque el tiempo que pasemos en casa será mucho más valorado.
Para vivir mejor los periodos de reclusión, tenderemos a elegir viviendas que nos conecten con el exterior, es decir con jardín, patio o terrazas de uso privado. Volverá la necesidad de contar con un balcón, y es posible que muchos de los que cerraron esos espacios se arrepientan y deseen volver a abrirlos, nos cuenta Mónica García.
No sería raro, en su opinión, asistir a una nueva tendencia de rehabilitaciones integrales de bloques de vivienda en los que se ganen metros de terraza si la normativa y la edificabilidad lo permiten, como ya hicieron en 2016 en Burdeos Lacaton & Vassal en su proyecto de transformación de 530 viviendas.
11 Habrá un boom de jardines interiores y huertos urbanos
Los pequeños jardines en terrazas y balcones, o incluso de interior en las casa que puedan permitírselo por espacio, y los huertos urbanos van a vivir un verdadero boom. Además de proporcionar alimento en el último caso, servirán como forma de evasión. Los jardines sanadores (healing gardens), que podrían llenar edificios de oficina y espacios urbanos, también podrían alcanzar a las viviendas particulares y/o a los espacios comunes en las fincas de vecinos.Y tú, ¿qué cambios crees que traerá a nuestras casas lo que ya se ha dado en llamar la nueva normalidad después del coronavirus? Cuéntanos aquí abajo; estamos deseando conocer tu opinión…