¿Conoces la historia de los edredones nórdicos?

La comodidad a la hora de dormir ha sido importante prácticamente desde el inicio de los tiempos. De acuerdo, quizás en la época de las cavernas se conformaron con poco, pero a medida de los humanos y las sociedades fueron evolucionando, el descanso fue tomando importancia. El dormir cómodos y a gusto no es cosa de nuestro tiempo.

Los primeros edredones datan de hace más de 2.000 años. Por esa época ya se utilizaban productos hechos con el plumón de algunas aves para garantizar un descanso cómodo y, sobre todo, cálido. La primera constancia de un saco de plumas para dormir se remonta al siglo I  a.C.

Como es evidente, los primeros en descubrir las maravillas de las plumas y el plumón fueron los nórdicos. El frío característico de los territorios del norte de Europa empujó a sus habitantes a buscar soluciones para no congelarse en pleno sueño. De esa necesidad nacieron los primeros edredones nórdicos. Así, las pieles de los animales fueron cayendo en el olvido y se empezaron a aprovechar de la calidez que proporcionaban las plumas y los plumones de las aves. En especial de los segundos, mucho más cálidos y con más capacidad de aislar la humedad.

Se utilizaba jabón o cera para recubrir los sacos y así evitar que el relleno se escapara. Dadas las bajas temperaturas, habitualmente se utilizaban dos edredones: uno para cubrir el colchón y otro para cubrir el cuerpo.

Tuvieron que pasar unos cuantos siglos para que los edredones nórdicos cruzaran las fronteras escandinavas. Fueron unos cuantos los  viajeros que intentaron propagar las maravillas de los edredones sin ningún éxito, como le pasó al inglés Rycaunt en el año 1700. Finalmente, fue durante el siglo XIX, en plena época victoriana, cuando Gran Bretaña empezó a aceptar el uso de los edredones.

A día de hoy, el uso de los edredones nórdicos es algo completamente global. Son poco pesados y ofrecen una calidez inigualable. Existen edredones nórdicos de plumas, de plumón y sintéticos, con precios para todos los bolsillos. Eso sí, si lo que uno quiere es un edredón calentito y de buena calidad, no hay dudas: el edredón de plumón será siempre el mejor.

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