
- Cuando llegamos a casa y nos desvestimos, un error común es guardar las prendas que no echamos a lavar directamente en los cajones y en los armarios. Lo correcto es dejarlas ventilar unas horas antes de hacerlo, para lo que puede resultar muy útil tener un burro.
- Importantísimo es seguir las instrucciones de limpieza que vienen definidas en la etiqueta por parte del fabricante, ya que algo que estropea notablemente las prendas es lavarlas con agua demasiado fría o caliente, usar programas de centrifugado inadecuados (en las prendas vendrá marcado con una raya cuando se necesita un centrifugado bajo, o dos rayas cuando no es recomendado centrifugar dicha prenda), meter en la lavadora prendas delicadas que hay que lavar a mano (deberemos fijarnos en si aparecen en la etiqueta los grados máximos o, por el contrario, una mano)…
- De la misma forma, otra cuestión que desgasta mucho la ropa es lavarla con demasiada frecuencia en la lavadora.
- Si una prenda indica que debe realizarse una limpieza en seco, es mejor llevarlas a una tintorería.
- Tampoco se recomienda introducir en un mismo ciclo de lavado prendas muy sucias con otras que no lo están.
- En caso de prendas delicadas, se recomiendan lavar dentro de redecillas, para que no se dañen con el roce.

- También hay ciertas prendas como los vaqueros o las camisetas estampadas, que debemos voltear al meter en la lavadora.
- ¿Y qué ocurre con las manchas? Pues que si queremos que desaparezcan del todo, deberemos intentar quitarlas lo antes posible o, en caso de que no hayamos podido, la trataremos previamente antes de introducir la prenda en la lavadora.
- En cuanto al tipo de producto que emplear, los jabones líquidos suelen ser más delicados con las prendas.
- Como decíamos al principio, el programa de centrifugado es importante. De esta forma, las prendas de algodón suelen requerir un centrifugado de duración normal, con ciclos de lavado más largos; cuando mezclamos diferentes tipos de prendas y tejidos sintéticos, los ciclos serán más cortos, así como el centrifugado; y en prendas delicadas trabajaremos con ciclos especialmente indicados para ellas, con prácticamente nada de centrifugado.
- Por supuesto, el cuidado y mantenimiento de la lavadora también es primordial, ya que, si esta tiene suciedad, puede provocar malos olores en las prendas. ¡Y es muy importante dejar la puerta de la lavadora abierta para evitar el olor a humedad!

- También es importante para el cuidado de las prendas guardarlas correctamente. En este sentido, hay que atender a varias cuestiones. Por ejemplo, no todas las prendas se pueden colgar en perchas o guardar en cajones. De esta forma, los jerseys y prendas de punto irán preferiblemente dobladas, mientras que los vestidos y las camisas las guardaremos colgadas.
Otro gran problema de las prendas al permanecer guardadas es la aparición de olores. En este sentido, podemos atender a diferentes factores: debemos asegurarnos de que las prendas están completamente secas antes de almacenarlas, para evitar la humedad; en cuando a los cambios de armario, lo recomendable es poner bolsitas de lavanda dentro de las cajas o armarios donde vaya a estar almacenada la ropa los meses en desuso, para evitar ese olor a ‘cerrado’ que mencionábamos al principio del artículo.
- A la hora de secar las prendas, debemos evitar las horas centrales del día, donde la incidencia del sol es mayor (o, si no es posible, las tenderemos volteadas). También es importante mirar en la etiqueta de la prenda si admite secadora. Y para tenderlas, siempre recurriremos a los pliegues y procuraremos que estén lo más extendidas posibles. Además, habrá ciertas prendas que agradezcan ser tendidas en perchas, para no deformarse.
- Al tender bien la ropa, estaremos evitando tener que planchar, algo que también influye en el desgaste de los tejidos. ¿Y cómo hacer que no se arruguen al estar guardadas, sobre todo las camisetas? Pues doblándolas en forma de rollos, lo que, además, te ahorrará espacio.
- En cuanto a las manchas amarillas que comentábamos al inicio, estas suelen surgir cuando dejamos una prenda blanca guardada durante meses sin haberla lavado correctamente previamente (a veces, incluso así pueden salir). Por lo tanto, si queremos evitarlas, debemos lavar siempre la ropa antes de hacer el cambio de armario y, en caso de que aparezcan, podremos intentar eliminarlas con lejía o frotando con bicarbonato.
Esperemos que estos consejos os hayan resultado útiles. Nos vemos en el próximo post de Vivienda Saludable.
Fuente: OCU