El sofá es uno de los muebles del salón que, como sinónimo de confort, es uno de los que más se utiliza en la casa. Por tanto, también puede sufrir un progresivo desgaste con el uso. Una de las decisiones que se toman en muchos hogares, especialmente en los que hay niños pequeños es poner fundas para proteger los sofás. Fundas lavables que pueden meterse en la lavadora. Este tipo de fundas son muy fáciles de quitar y poner y además, puedes encontrar diseños atractivos. Si encuentras una funda atractiva también sentirás la ilusión de poder estrenar sofá nuevo ya que la imagen del mismo cambia completamente. En ese caso, la funda tiene una función de protección.
Consejos para cuidar tu sillón
Sin embargo, si por alguna razón esta opción no es la que mejor se ajusta a tus preferencias, al comprar un sofá infórmate en tienda sobre la posibilidad de limpiarlo en seco. Hay que partir de la base de que por mucho que se cuide un sofá es probable que en algún momento pueda mancharse. Al elegir un sofá también conviene puntualizar que los colores claros pueden ser muy luminosos y elegantes, sin embargo, también tienden a ensuciarse mucho más.
Existen detalles a los que en ocasiones no damos importancia y que, sin embargo, conviene cuidar. Por ejemplo, es aconsejable no dejar sobre el sillón los periódicos y las revistas sino sobre el revistero, puesto que el contacto con la tinta puede producir algún tipo de mancha.
Así como ventilas los dormitorios de tu casa también debes realizar este proceso diario en el salón para que el aire de la estancia se renueve. De este modo, también se ventila el sofá de un modo natural.
Un sofá debe cuidarse y no someterse a posturas innecesarias. Por ejemplo, explica a tus hijos que no deben saltar encima del sofá como si fuese una colchoneta.
Guarda siempre en un lugar de consulta, las indicaciones del fabricante sobre el proceso de limpieza del sofá en el caso de mancha. Estas indicaciones varían dependiendo del tipo de tejido en el que está elaborado el sillón.
En el caso de tener un gato o un perro en casa, conviene tener mucho cuidado con que no se suban al sofá ya que lo llenarán de pelos que son muy difíciles de quitar.
Poner normas en casa
Establecer algunas normas en casa también puede ayudar a mejorar el cuidado del sofá. Por ejemplo, algunas familias se ponen por norma comer y cenar en la cocina pero nunca merendar sentados en el salón ya que lo más probable es que el sofá se manche de migas aunque tengas cuidado de no hacerlo y utilices una bandeja.
Si te tumbas sobre el sofá, nunca pongas encima del mismo el calzado de calle, pero tampoco las zapatillas de estar en casa. Utiliza solamente los calcetines.
Un sofá implica un gasto económico importante, no es un mueble que se renueva cada temporada, por esta razón, es una buena decisión, cuidarlo. Para limpiar en profundidad el sofá puedes realizar el hábito de limpieza de pasarle el aspirador al menos, una vez cada cinco semanas.
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