Elegir cortinas es una de las decisiones más delicadas en cualquier proyecto decorativo, por sencillo que sea. Ellas ponen el broche final a la puesta en escena de cualquier estancia de casa y de ahí la importancia de acertar de pleno. Nada más entrar en una habitación captan nuestra atención, y la de los demás. Estos textiles son capaces de realzar y de hacer más estilosos los espacios. Siempre y cuando cumplamos algunas claves. En este post te las contamos una a una.
Cuando estrenamos casa o cuando acabamos de renovarla, seguro que nos hemos esmerado al máximo en vestir las ventanas y los balcones de las habitaciones. Nos hemos puesto a elegir cortinas con toda la ilusión del mundo, buscando colores y modelos innovadores. Pero es posible que sobre la marcha hayan ido surgiendo algunos inconvenientes con los que no contabas. ¿Acierto? Como por ejemplo éstos:
Elegir cortinas: la forma y la apertura de las ventanas
Elegir cortinas para el salón o cualquier otro espacio principal de casa siempre suena un plan apetecible. Sobre todo si queremos generar un cambio estético grande en los ambientes. Pero no debemos perder de vista dos aspectos muy básicos y prácticos que condicionan por completo acertar en la elección, o hacer que sea un auténtico desastre. Digamos que cada ventana tiene su cortina ideal. Siempre y cuando tengamos en cuenta qué forma tiene y cómo es su apertura. En función de ello podremos decantarnos por un tipo de cortina o de estor convencidos de que hemos dado con la elección perfecta.
Cuando la mayoría de nuestras ventanas, o todas, son correderas, resulta bastante fácil elegir cortinas. Admiten cualquier opción al no abrirse las hojas hacia dentro, incluso podemos plantearnos vestirlas con unos estores enrollables si nuestros ambientes son modernos y funcionales. Encajan de maravilla. También puede ocurrir que las ventanas de casa sean de apertura batiente, las de toda la vida. Podemos pensar en elegir cortinas gruesas, finas o visillos, ¡claro que sí! La mejor manera de vestirlas es poniendo dos caídas para dejarlas a cada lado cuando estén recogidas. ¿Y cómo hacer para que no estorben al abrir las ventanas? Un consejo muy valioso y sencillo: colocar una barra más larga que la propia ventana. Funciona.
Vestir balcones y miradores: el proyecto más complejo
El plan de elegir cortinas cambia por completo cuando toca vestir balcones o buscamos una solución para el mirador del salón, con varias hojas de diferentes anchos. Las caídas y visillos son perfectos para ventanas batientes con elementos ornamentales en su parte superior, como puede ser un arco. Así se verá incluso cuando estén echados.
En cuanto a los miradores, lo mejor es optar por una solución individual para cada hoja. Tal vez unas caídas muy decorativas o unos estores sencillos. De esa manera podremos regular por separado la entrada de luz, cerrar o abrir el mirador según la intimidad que necesitemos, etc.
La luz exterior y el tamaño de la habitación
A la hora de elegir cortinas, casi siempre nos imaginamos esos nuevos tejidos que nos gustaría colocar en las estancias porque nos encanta el aspecto que dejan. Y sus colores y diseños: lisos, a rayas o con estampados. Pero hay otros factores que influyen para lograr una correcta elección. Y la luz natural es uno de ellos. Valorar si necesitamos dejar pasar una gran cantidad de claridad porque la habitación es más bien oscura o un tanto apagada. O por el contrario nuestro objetivo es protegerla de una excesiva entrada de luz exterior. Según una situación u otra podremos jugar con tejidos traslúcidos, o bien con telas opacas o semiopacas. A mi encantan los estores japoneses cuando necesitamos regular la entrada de luz en diferentes momentos del día. Permiten crear ambientes limpios en su estética que sintonizan de maravilla en dormitorios, despachos y salones de estilo minimalista.
¿Y qué pasa con las dimensiones de la habitación? Importan y mucho cuando llega el momento de elegir cortinas para sus ventanas. Los espacios amplios admiten soluciones de todo tipo en cuanto a telas, grosores y colores. Podemos permitirnos esos tonos intensos y arriesgados que hemos visto en casa de unos amigos. O en una de nuestras últimas direcciones deco. Y probar con modelos de llamativos estampados tremendamente bellos. Pero cuando las estancias son pequeñas hay que pensar en recursos que favorecen verlas más grandes visualmente. Y las cortinas pueden ser de gran ayuda en esta misión. Basta con apostar por telas finas, ligeras, vaporosas. Y en cuanto a sus colores, mejor lisos y claros.
Pequeños detalles que lo cambian todo
Algo tan sencillo como observar qué hay bajo la ventana, o qué tenemos pensado colocar justo en ese hueco aún vacío, es suficiente para elegir cortinas de un tipo y no de otro. Si hay un radiador o hemos decidido convertir cajas en muebles infantiles porque es el dormitorio de los niños, habrá que descartar las caídas largas y los visillos nostálgicos. Por mucho que nos gusten. Los candidatos más apropiados son los estores, pues no llegan hasta el suelo y apenas ocupan. Por tanto, son una baza excelente.
Nuestro estilo decorativo favorito también cuenta. Estos textiles pueden ser mucho más útiles de lo que pensamos para añadir un toque estético que es lo último en tendencias. Y también los aliados para remarcar la imagen que hemos dado a los ambientes. Tal vez muy naturales, inspirados en la estética japonesa Wabi-Sabi, o más en plan Mid Century. A partir de ahora elegir cortinas para casa será bastante más sencillo. Sin olvidar ni uno de estos consejos seguro que triunfaremos en la elección. ¿Los conocías?
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.