No cabe duda de que a día de hoy, el eclecticismo está de moda. Nos gusta mezclar épocas, estilos y colores. ¿Pero cómo hacer que todo encaje? Hoy nos centramos en los tejidos y texturas del hogar para descubrir cómo conseguir esa armonía tan deseada.
1. Elige un motivo principal.
Lo más sencillo es partir de una pieza como una alfombra o unas cortinas que tengan un dibujo importante. Es decir, la de mayor carga visual: un patrón con movimiento, una escala grande y varios colores.
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2. Define la gama cromática del espacio a partir de ella.
Saca los colores con los que vayas a trabajar de este patrón inicial. De esta forma, se mantendrá la cohesión de la estancia y podremos mezclar sin que el resultado sea caótico.
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Si optas por una gama monocromática o de pocos colores, apuesta por añadir motivos en distintos tonos del color elegido.
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3. Introduce un motivo geométrico.
Rayas, cuadros, rombos, zigag… elige el que más te guste, la simetría propia de estos patrones contrastará con el desorden del original, dando armonía al conjunto.
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4. Añade un diseño a distinta escala
Si tu motivo geométrico era de gran o mediana escala, es hora de sumar un elemento de pequeña escala. En el caso contrario, será al revés. Lo importante es que contrasten y no se confundan entre ellos para no marear al ojo.
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5. Repite los pasos 3 y 4 a voluntad.
Ahora que ya sabes combinar para acertar, los límites sobre cuándo parar los marcas tú. ¿Que con tres motivos diferentes en un solo cuarto ya tienes suficiente?, perfecto. ¿Que ya que estamos en faena, quieres probar cómo quedan un par de estampados más? genial.
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¿Pero cómo se lleva todo esto a la práctica? Veamos un ejemplo de cómo hemos combinado hasta cinco motivos distintos siguiendo estos pasos.
Sea como sea, aquí van algunos trucos extra para asegurar el éxito:
No olvides las texturas lisas. Si quieres que tus estampados destaquen, recurre a superficies con colores lisos y repártelos de manera uniforme por toda la habitación. De esta forma, también estarás contribuyendo a no cansar la vista.
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Considera las proporciones. Si tienes una tela con un dibujo grande, necesitarás un espacio amplio para poder verlo entero, mientras que un motivo pequeño no requiere de mucha superficie para apreciarse. En general, los motivos grandes se verán mejor en piezas de dimensiones grandes (como un sofá o la pared), y los pequeños en las de menor tamaño (como la pantalla de una lámpara o un puf).
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La magia de los números impares. Ante la duda, recurrir a tres (si la habitación es pequeña) o cinco estampados (para estancias más amplias) siempre será una buena elección.
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Si no quieres complicarte, prueba primero con cojines, ¡es lo más fácil y económico de cambiar!
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Pero sobretodo, sigue tu instinto y no olvides que siempre se puede dar marcha atrás!! Así que ¿por qué no empezar por una estancia de decoración temporal como la terraza?. ¿Buscas más consejos sobre decoración?, ¿qué tal si empezamos por el principio?
Esperamos que os hayan resultado útiles estos consejos y que nos comentéis vuestros resultados.