El blanco continúa siendo el color estrella a la hora de crear esa sensación de calma y serenidad tan acogedora. Podemos mezclarlo con gris o algunos tonos de marrón que no rompan la armonía para resultados de lo más románticos.
O, por el contrario, introducir el color por doquier para aportar ese aire juvenil y divertido al entorno.
Las mezclas de colores y estampados, que tanto hemos visto en el mundo de la moda, también llegan a la decoración, eso sí, siempre empleándose con un tono que una todos los elementos y asegurándose que el resto de la habitación presenta tonalidades neutras.
Otra manera de dar vida a una habitación sencilla y clásica es introducir un papel pintado rompedor.
El estilo british también empieza a asentarse en la decoración para los dormitorios con un toque college.
Si queremos lograr un estilo rústico, podemos decantarnos por el marrón oscuro y gamas de ocres, ya sea con muebles de madera, como con un papel pintado con dos tonos distintos, como vemos en estos recibidores.
Este estilo puede trasladarse al salón mediante elementos barrocos hábilmente combinados con otros más sencillos.
Lo de conseguir en el baño un ambiente especial cada vez se está poniendo más de moda, ya sea con papeles pintados con motivos campestres, como con elementos vintage, como una jaula o una raqueta vieja.
Imágenes: Zara Home/Inditex
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