Sacas una toalla limpia del closet y apenas se moja un poco te das cuenta que desprende un desagradable olor a humedad, ¿te ha pasado?
Es de lo más molesto porque además ese inconfundible y fastidioso olor a moho se queda impregnando en tu piel y en tu nariz, ¡de verdad que una toalla con mal olor es capaz de arruinar hasta el más relajante de los baños!
Y no importa que tipos de toallas compres, que tan seguido o con cuales productos las laves, antes o después nos ha sucedido a todos. ¿Cómo podemos hacer entonces para remediar este problema?
La primera sugerencia es prevenir. Las toallas se impregnan de olor desagradable a causa de la humedad a la que están constantemente expuestas, por lo que es fundamental que las expongas regularmente a la luz del sol y al aire abierto de modo que puedan secarse completamente.
La recomendación sería tenderlas al sol antes del mediodía todas las mañanas cuando los rayos del sol no son aún tan fuertes. De lo contrario las fibras se endurecen haciendo que las toallas se vuelvan ásperas. Si por las condiciones atmosféricas es imposible secarlas al sol, una excelente idea es colgarlas en un toallero cerca de la calefacción para que queden bien secas.
La segunda sugerencia es el lavado frecuente. Aunque parezca bastante obvio ayudará a prevenir los malos olores, la pregunta aquí es, ¿cada cuánto es oportuno lavarlas? Se recomienda hacerlo cada cuatro usos como mínimo o una vez a la semana como máximo.
Dentro de este tema es muy importante no exagerar con el detergente. A menudo pensamos que si agregamos más jabón obtendremos prendas más limpias, en realidad lo que hacemos es favorecer la acumulación de químicos entre las fibras deteriorándolas. Así que, ¡no exageres con el jabón, ayudarás a tus toallas y al planeta!
La tercera sugerencia es un correcto almacenaje y uso. Es entonces fundamental que las guardes solo cuando estén completamente secas, bien dobladas, en un lugar fresco y seco. La humedad es su principal enemigo y, a menudo, los armarios y closets la acumulan fácilmente, especialmente en invierno. Lo cual favorece la formación de bacterias lo que podría llegar a causar alergias en la piel.
Otro momento importante es el que viene después del baño; una vez que hayas usado tu toalla y se encuentre húmeda, ¡no la dejes sobre la cama o en el piso! Mejor cuélgala al aire libre o cerca de la calefacción para que elimine más rápidamente el agua y dóblala solo cuando esté seca.
Cuidar estos aspectos te ayudará sin duda a conservar tus toallas frescas y con un agradable olor a limpio; pero, ¿qué hacer si no obstante tus toallas acumularon humedad y ahora desprenden un mal olor?
Hay un procedimiento muy sencillo para poner remedio a este problema mediante un lavado específico. Y lo mejor de este procedimiento es que implica el uso de productos totalmente naturales como el vinagre y el bicarbonato de sodio.
El vinagre blanco es rico en ácido acético que ejerce como bactericida y elimina la humedad además de ser un óptimo suavizante para la ropa.
El bicarbonato de sodio, en cambio, es un excelente desinfectante natural, además de eliminar la grasa, la suciedad y neutralizar los malos olores.
Los pasos a seguir para usar estos ingredientes son los siguientes:
1. Lo primero es meter a la lavadora las toallas, pon tu detergente regular y un ciclo de lavado con agua caliente. Cuando la lavadora esté cargando agua, agrega una taza de vinagre blanco diluido previamente con un vaso de agua. Si se trata de toallas de colores puedes agregar también un puñito de sal, esto ayudará a mantener los colores más firmes durante el lavado. Deja que la lavadora realice su ciclo normal.
2. Una vez que el ciclo haya finalizado, deja las toallas dentro de la lavadora. Programa un nuevo ciclo con agua caliente y añadiendo media taza de bicarbonato de sodio. Termina todo el ciclo de lavado.
3. El último paso es secar muy bien las toallas. Se tienes una secadora de ropa, elige el ciclo adecuado. De lo contrario cuélgalas al sol como hemos explicado anteriormente.
Siguiendo estos sencillos y rápidos pasos tus toallas quedarán completamente libres de malos olores, humedad y bacterias regalándote la placentera sensación de toallas limpias y con olor a fresco; pero, ¡ALERTA! Nunca mezcles vinagre blanco y bicarbonato de sodio en la misma lavada; y no uses suavizante, el vinagre suavizará las toallas de manera natural.
De hecho, si sustituyes el suavizante con vinagre blanco en tus ciclos normales de lavado de toallas, estas se conservarán frescas y libres de humedad más fácilmente desde el principio.
¿Qué te han parecido estos consejos? Siguiéndolos tus toallas quedarán finalmente libres de malos olores. Me encantaría que me compartieras tus impresiones y, ¡te espero en el próximo post!