Nunca me gustó la taxidermia, al menos no en su sentido más literal. Respeto a todo el mundo, puede que entre los que me leéis haya algún aficionado a la misma, yo sin embargo prefiero la modalidad que os traigo hoy. La verdad es que me resulta bastante inquietante, a la par que me invade la pena, cuando veo animales disecados como objetos decorativos. Sin embargo de un tiempo a esta parte os habréis dado cuenta que el mundo animal está muy presente en los hogares, por fortuna de otra manera.
Estas divertidas cabezas están realizadas con los materiales más variopintos. Los hay desde tela, de cartón, papel maché, lana, madera, alambre, dibujados directamente sobre la pared con washi-tape, en cerámica, etc. Muchas veces es el material el que nos guía para definir dónde lucirían mejor, porque los hay claramente infantiles y otros sofisticados y escultóricos, que quizás encajan mejor en zonas representativas de la casa. Claro que también te puedes volver un poco loco y plantar literalmente un dinosaurio fucsia presidiendo el salón, ¿por qué no?
Aunque las imágenes que veréis a continuación las he sacado de Pinterest, muchos de estos “amiguitos” los podéis adquirir en Etsy. Me viene también a la cabeza (y nunca mejor dicho), el famosísimo ciervo de cerámica Gerardo, pieza icono de Guille García-Hoz, donde la cornamenta del animal se crea a partir de la planta que le pongas (más abajo una foto). Y no quiero olvidarme tampoco de los coloridos trofeos de caza de Diminuto Cielo realizados con animales de juguete de los chinos y pintados con spray, son divertidísimos. ¿Os atrevéis con esta tendencia decorativa?
Imagen portada vía
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