Sencillez y pureza de líneas destacan en esta casa de la Sierra de Madrid. El proyecto fue realizado por un arquitecto, Pablo Mosquera, pero la singularidad de esta original vivienda radica en que ha sido totalmente construida por sus propietarios, piedra a piedra, ladrillo a ladrillo... Resulta sencilla a la vista, pero está inmensamente trabajada y llena de detalles que os mostramos en este reportaje.
Al final de la escalera, entre dos de los ventanales corridos que dan gran luminosidad a toda la casa, una pequeña consola con una escultura de una menina.Dos enormes ventanales flanquean la chimenea. La austera decoración de toda la casa y las contraventanas explican la ausencia de cortinas. "No se necesitan, gracias a las contraventanas", nos comenta la propietaria, "las cierro por la noche y durante el día la luz inunda a raudales toda la casa".
El salón, con techos altos, se unifica con toda la casa por los tonos neutros, maderas en tonos claros y blancos (como el del sofá). Las notas de color las ponen las plantas y varios detalles en rojo que aportan calidez al hogar.
Entrada principal. A la izquierda podemos ver algunos armarios y al fondo, en la pared, un estrecho ventanal que recorre la casa de arriba abajo, otorgando a la luz el papel de pieza clave en la vivienda.
El suelo es de tarima. Para unificar, se eligió en un tono claro, al igual que las paredes. La escalera da acceso a la planta superior y está construida en pino de Valsaín. El muro de ladrillo visto de la derecha da un toque muy original.
Una enorme puerta corredera embutida en el muro y con cuarterones de cristal, da paso al salón. En primer plano, a la derecha, una escultura de la esfera armillar en madera y forja, diseñada por los propietarios.
Dos grandes ventanales aportan luz a la cocina. El fregadero se situó bajo la ventana, justo detrás de la zona de cocción.
Habitación principal. Un muro separa la zona de armarios, haciendo las veces de cabecero de la cama. Sillón descalzador fabricado en piel y de color avellana.
La cocina es de grandes dimensiones y, como podemos observar, en ella predominan los tonos claros, manteniendo así la línea del resto de la casa.
Una isla central; frente a ella, la zona del horno y microondas en torre y una práctica combinación "side by side" de frigorífico-congelador de la marca Zanussi.
Una vista del salón de arriba. Se ha aprovechado el muro de la escalera para crear una biblioteca de obra. Un pequeño pasillo da acceso a los ventanales, que son idénticos a los del piso de abajo, dando una sensación de unidad y sobriedad. Una escalera de caracol de hierro pintada de blanco da acceso a la parte de arriba, donde hay una terraza.
Vista desde arriba del salón de la planta inferior. La sencillez del mobiliario aporta a la vivienda grandes dosis de armonía y tranquilidad.
Detalle de las puertas de la parte de arriba. Se han alargado con un falso altillo para que no desentonen con los techos tan altos.
En la fachada podemos apreciar los grandes ventanales simétricos y el remate exterior de la chimenea de pizarra de bernardos.
Una espectacular idea que hace de esta casa un lugar tan especial es el ingenioso proyecto pensado y realizado íntegramente por el propietario de la vivienda: un sistema automático de cierre de la claraboya central de la casa. Realizado en madera de pino, se abre y se cierra según las necesidades de sus habitantes.
Vista del jardín y del mirador. Este último está hecho de forja y se encuentra cubierto de hiedra. Resulta muy atractivo en cualquier estación del año. La piscina está integrada en el jardín, flanqueada a ambos lados por diferentes tipos de plantas.
Agradecimientos fotografías: Daniel Mateos