Cuando amueblamos una casa, solemos encontrarnos con el problema de la escasez de metros cuadrados. En este sentido, el interiorismo dentro de pisos de reducidas dimensiones plantea grandes retos decorativos que debemos superar con grandes dosis de perspicacia. Un amplio surtido de piezas de mobiliario innovadoras surgen cada día en el seno de las grandes firmas, pero nosotros somos perfectamente válidos para establecer nuestras propias soluciones de corte ingenioso.
Para que las habitaciones puedan ofrecernos comodidad y estilo, siempre se recomienda la puesta en práctica de consejos sobre iluminación y el empleo de los colores, además de recurrir a piezas versátiles. Sin embargo, el secreto no está en hallar propuestas de almacenaje para guardarlo todo, sino en prescindir de aquello que no nos hace falta. Se trata de un auténtico cambio de conciencia estética que exige soluciones ingeniosas.
En el salón
La interiorista Lola Lago nos ayuda a implementar un nuevo estilo de vida dentro de nuestros hogares. Refiriéndose al salón, admite que los muebles que nos ayudan a ahorrar espacio son los que no existen, invitándonos a reflexionar al añadir que lo primero que solemos hacer es comprarnos el sofá cuando es un mueble prescindible, ya que es una pieza grande que sirve para que se tumbe el primero que llega. En este sentido, la especialista recomienda que, en caso de no disponer de espacio, descartemos su presencia utilizando asientos más pequeños e individuales.
A veces, pensamos que el sofá-cama es la única alternativa de descanso válida pero, para rentabilizar el espacio, es posible otorgar al pavimento un nuevo rol: unos cojines pueden convertirse en camas para invitados. Para lograr intimidad en esta alcoba improvisada, Lago sugiere instalar unas cortinas que cierren la zona. En lo que respecta al almacenamiento, a veces no nos percatamos de que cualquier mueble es capaz de adaptarse a este fin, sin necesidad de invertir en pesadas vitrinas o aparadores.
En el dormitorio
No son pocos los que se quejan de la falta de amplitud en los dormitorios. Tenemos un gran espacio encima o debajo de la cama que tenemos la obligación de no ignorar, comenta la experta, que afirma que es un lujo imperdonable no utilizarlo. La colocación de módulos que permitan transformar la alcoba en una estancia polivalente es una tarea sencilla. De este modo, es posible improvisar un salón que sirva para recibir amigos si añadimos un altillo.
En cuanto a la distribución de nuestra ropa y calzado, es frecuente que el sueño del vestidor o el del armario empotrado no hallen su correspondencia con la realidad. Nos hemos acostumbrado a pasar por alto la función que consiguen desempeñar unos techos altos. ?Te imaginas un pequeño mueble sobre ti mientras duermes? La experta Lola Lago está convencida de que es completamente factible hacer que este añadido sirva para el almacenaje de prendas y como estantería para tus libros y objetos ornamentales favoritos.
En la cocina
Los armarios muy altos sólo sirven para almacenar objetos, casi siempre inútiles, declara Lago, que es partidaria de decantarnos sólo por un par de ellos y, de ese modo, liberar el espacio. Por otro lado, es vital que los cajones sean profundos, pero que no nos obliguen a agacharnos. Los utensilios de mayor uso deben estar a mano: esquineros, barras, colgadores, etc. Es muy común que acumulemos en la cocina vajillas o cristalerías preciosas que sólo rescatemos en las ocasiones especiales. ?Por qué no ponerlas visibles a través de armarios con frentes de cristal transparente?
Para Ana Marset, las cocinas que proyectan desde su estudio, suelen obedecer a varios criterios fundamentales. Uno de los ámbitos es el de los armarios que actúan de despensa, que ocupan un espacio en el que se integra también una columna con horno y microondas. Además, aconsejan aprovechar la zona que queda sobre el fregadero para más almacenaje, ya que lograremos beneficiarnos de un área extra sin cargar visualmente el ambiente. Asimismo, desde Proyectes Marset son partidarios de emplear los vanos de las zonas huecas como hornacinas para ubicar objetos a la vista, creando un efecto decorativo.
Una las grandes incógnitas que nos asaltan cuando planificamos es delimitar el espacio que ocupará el office. Cuando los metros escasean, es muy recurrente crear alguna especie de poyete mínimo en la ventana o ampliar un poco la encimera. Si tenemos una isla, pero no lo suficiente ancha como para combinar un comedor informal con una zona de cocción, Marset recomienda colocar una mesa accesoria que podamos guardar en el interior de la isla cuando no se está utilizando.
En el cuarto de baño y zonas de paso
Cuando un baño es pequeño, Marset lo tiene claro: nuestro criterio es una distribución bien pensada y seleccionar elementos que destaquen por su ligereza. En este sentido, el empleo de espejos es fundamental, sobre todo si éstos van de suelo a techo. Por otro lado, el aprovechamiento de los vanos de la pared y decantarse por estanterías vistas resulta efectivo, al igual que votar por una pila exenta y decorativa con toalleros integrados.
Si afrontáramos el baño como un sitio en el que pudiéramos hacer otras cosas, como charlar con tu pareja mientras el otro se asea, lo construiríamos sobre otros parámetros más interesantes. El cambio de mentalidad que propone la especialista Lola Lago, nos invita a darle a la estancia de la higiene un aire más cálido: por ejemplo, no os habéis dado cuenta de que lo que los señores necesitarían sería un lavabo más alto para no tener que agacharse al afeitarse En cambio a las mujeres, no nos vendría mejor un soporte de lavabo más bajo para sentarnos y usarlo como tocador, afirma.
Olvidamos con frecuencia el papel que juegan los pasillos, sin darnos cuenta de que suelen ser un buen lugar para almacenar libros. Lola Lago asegura que las zonas que quedan encima de las puertas pueden servir para almacenar los ejemplares de mayor profundidad. Así pues, está en nuestra mano otorgar un punto poético y estéticamente estimulante a los distribuidores y, en general, a todos y cada uno de los ambientes domésticos, cuya versatilidad dependerá de nuestra voluntad para romper las reglas preestablecidas.