Cuando somos responsables de la decoración de nuestros propios espacios, lo ideal es lograr la armonía de cada uno de los elementos que los conforman. Hacer que un lugar logre ser acogedor, es una tarea bastante compleja, ya que hay varios aspectos que tomar en cuenta: los colores, la disposición de los muebles, la disposición de los elementos decorativos, la disposición de la iluminación y la temperatura. Es decir, todo lo mencionado funciona como un sistema que marcha por la colaboración de todos sus elementos, aunque, muchas veces lo que facilita la tarea es la percepción de la persona que va a usar el espacio.
Cuando hablamos de que un lugar es acogedor, es cuando, tal y como está distribuido, genera una sensación de confort y de paz en las personas. Además, no solo la distribución juega un papel fundamental, también el color y las entradas de luz. Asimismo, los cuadros son elementos decorativos que también tienen repercusiones en la psique de los seres humanos, es por ello que la elección de estos elementos, tienen que partir de los gustos de quienes van a habitar el lugar, ya que son elementos visuales que representan algún tipo de enlace con el mundo fuera de las paredes del espacio.
Ideas para la distribución de los muebles del salón
Empezamos por los muebles: el sofá
Los muebles son los elementos más importantes de un salón, son útiles y también le confieren el carácter al espacio donde se encuentran. Los muebles marcan la pauta en la distribución de los demás elementos en el espacio, además, cuando se habla del sofá, como parte de la mueblería, este es el que instauran el tono por el que se regirán los demás colores del lugar.
Para un salón en el que se pretende crear un ambiente acogedor, el elemento ideal es el sofá cama, los diseños nórdicos en color azul Persia o azul cobalto, son los ideales para generar ambientes que se mantengan en equilibrio tanto en las estaciones calurosas, como en las que prevalezcan las temperaturas bajas.
Dos butacas laterales, las hermanas pequeñas del sofá cama. Es importante mantener el mismo color. Seguramente, una persona de la generación millennial, preferiría dos sillones butacas vintage, que aunque podrían ser una extravagancia, lo que importa es que no carguen el espacio y que además no desentonen con el color del sofá cama que es el centro guía del resto de la decoración.
El color de las paredes y los cuadros
El color blanco grisáceo es parte de las tendencias de decoración de interiores en 2020. Es un color que ayuda con la sensación de frescura que se quiere generar, además que hace juego con cualquier color, sea de los muebles o en específico, del sofá cama. Las tonalidades claras también ayudan a equilibrar el espacio, además de la sensación de confort que provee. Cuando hacemos referencia al equilibrio en el espacio, es porque entre sus elementos no hay discordancia ni de color o posición.
Pero las paredes son solo el medio para otros elementos decorativos. En ellas no pueden faltar los cuadros. Los cuadros de arte abstracto, coloridos, de paisajes o animales, siempre que los colores sean diversos y sostengan el equilibrio que se intenta constituir en el salón. Los cuadros de pintura por números tienen diversos diseños para ofrecer, que van más acorde a las necesidades de confort, debido a su variedad, además que los pinta la propia persona, lo que inyecta el carácter personificado al elemento que pasará a formar parte de los accesorios en las paredes.
Una de las posiciones de los cuadros que provee elegancia o solo sencillez, es colocándolo en la pared más próxima detrás del sofá cama, en una hilera de 3, desde el más pequeño, en dimensión, hasta el más grande. Solo tres, que corresponda a una secuencia relacionada, aunque muestren imágenes diferentes, la conceptualización debe estar definida en base a los gustos de la persona que va a vivir en ese espacio. Muchas personas, optan por obras de arte para sus salones, pero, en la actualidad el minimalismo y la perspectiva del mundo, de las nuevas generaciones, han estado cambiando esos patrones y se han acercado más a la sencillez, a la creatividad desde lo poco y a la valoración de los colores y la combinación entre ellos.
Mesa de centro y en los laterales
En la mesita del centro se coloca algún objeto decorativo, sobre un mantel tejido o un mantel temático que no desentone con el color del sofá cama. En una decoración minimalista, las texturas son el foco de atención, por lo que se apuesta a la madera natural, el corcho, la piedra, la cerámica o el rattán, tanto como material de construcción de las mesitas del espacio, como de los objetos decorativos sobre ellas.
Es importante tener en cuenta, que cuando se trata de distribuir los elementos de un salón para lograr un sitio acogedor, no es ideal cargar el espacio de objetos y muebles. En este caso, solo una mesa de centro y otra colocada en uno de los rincones del lugar, es decir, en los espacios laterales, sosteniendo una planta, y otro elemento decorativo que podría ser una retrato o la foto familiar. El color marrón madera es el ideal.
La alfombra del centro
Debajo del sofá cama, los dos muebles laterales y la mesa del centro, se coloca una alfombra color verde oliva o verde oscuro. La idea es que lo acogedor signifique poder andar en el espacio sin zapatos.
Una única lámpara en el centro
Y sobre los muebles, justo encima de la mesa del centro, cuelga una lámpara de estilo vintage, en una tonalidad crema o beige, con un bombillo lo suficientemente luminoso para alumbrar el espacio del salón donde se concentran los elementos.
Por último, una planta, dispuesta en algún lugar del espacio, sea artificial o no, pero que con su verdor, provea bienestar solo de verla.
Esperamos haberte ayudado! te leemos en comentarios para cualquier duda o sugerencia.