El proceso ha sido mucho más fácil y menos engorroso de lo que había pensado. Si os digo la verdad, lo más complicado ha sido encontrar la mecha. Al final tras varios intentos fallidos en algunas ferreterías de la ciudad, donde me miraron como si les estuviera pidiendo una pieza de recambio para el Apolo XIII,la encontré en una tienda de barrio que tiene de casi todo y a partir de ya una clienta fija más.
Tras encontrar un ratito libre este fue el proceso:
Lo primero que hice fue agrupar las velas que tenía por colores.
Agrupé también los contenedores que iba a usar. En concreto los jarrones que he utilizado para los jacintos, muchos de ellos vasos y tazas descascarillados.
Con palillos de madera sujeté la mecha por un extremo y en el otro le até una arandela de metal.
Luego derretí las velas poco a poco al baño maría. Os aconsejo tener a mano un guante de cocina para retirar el recipiente y no quemaros, y una pinza no viene mal tampoco para girar las velas y hacer el proceso más rápido.
Cuando la cera se derrita podéis verterla con cuidado en el contenedor.Aquí podéis ver el efecto de colores cuando se va secando.
IMPORTANTE: reservar un poco de cera de cada color para rellenar huecos. Una vez se seca la vela nueva pueden aparecer huecos en torno a la mecha, volvemos a derretir el color que necesitemos y rellenamos. A mí me ha pasado en algunas, otras han quedado bien a la primera.
Y el resultado es más que bonito.
Con esta experimenté un poco y la hice en un vaso de plástico. El resultado como veis genial, y el truco (pura casualidad) es echar una gotita de agua al molde para que se pueda desmoldar fácilmente.
Aprovecho para recordaros a los que andéis cerca que este domingo 15 estaremos en el mercado de Ardi Noir. A ver si os animáis a hacer una visita, que hay tiendas muy chulas.
Este post participa en EL Finde Frugal .