En esta cocina se han dejado las paredes en ladrillo visto que, junto al suelo de madera envejecida y los hornos, dan sensación de encontrarnos antes una cocina rústica, aunque el mobiliario y la encimera sean ultra modernas. Preciosos los grandes ventanales donde se han acoplado unas macetas con plantas de hoja de un verde intenso, que contrastan con la neutralidad del conjunto.
Esta sí que es una cocina rústica. Desde el uso de la madera en la mesa y la bancada, hasta los cojines, pasando por esa cocina como las antiguas, que eran dobles y de leña (me recuerdan a las típicas cocinas gallegas). Los armarios y las vigas, también de madera, armonizan totalmente con la nevera moderna y los taburetes.
Fotografía de Matt Clayton, con permiso de desiretoinspire.net