Una de las cosas que más admiración despierta entre nuestros conocidos, amigos y familiares es tener un patio enorme en el que hemos sabido aprovechar el espacio de forma admirable, colocando un poco de césped artificial, quizá cubriendo la piscina con una cúpula de metal y plástico, tal vez rodeando el perímetro con macetas de flores de distintos colores, etc. Pero sin duda alguna instalar una pergola de madera es lo más inteligente para lograr lo que hemos dicho en el título, esto es, que una modificación en el patio sepa a cosas bien renovadas, con sentido.
Y es que tenemos que admitir una cosa: como garantes de la decoración de nuestra vivienda, nosotras somos las que hemos de dar el paso importante. Decimos esto porque puede que nuestra pareja diga un día: podemos hacer esto en nuestra vivienda… Pero luego nos daremos cuenta de que eso serán solamente palabras, porque al final seremos nosotras las que deberemos coger la sartén por el mango y tomar medidas.
Por eso hoy queríamos echar un vistazo a lo que puede proporcionarnos la instalación de una pérgola de madera, cómo podemos llevarla a cabo y sobre todo qué colores o materiales nos van a venir mejor. Venga, echemos un vistazo a todo esto, a ver qué os parece.
Casi parece lógico el primer consejo que te vamos a dar: es necesario comprar madera tratada para lograr un resultado de lo más conveniente. En efecto, la pérgola que te proponemos ha de ser instalada en el patio, así que no podemos andarnos con rodeos: hay que adquirir un material que sea duradero, que no se alabee a las primeras de cambio, que no se agriete y sobre todo que resista los embates de la climatología. Solamente así lograremos un resultado de lo más conveniente.
Segundo paso: la instalación. ¿De verdad necesitas que tu marido/novio/pareja te instale la pérgola? Hemos luchado durante generaciones para tener las mismas oportunidades que los hombres, así que ¡hagámoslo por nosotras mismas! De esta manera lograremos respetarnos y nos convenceremos de que, con buena voluntad, somos capaces de llevar a cabo retos que antes ni nos planteábamos, como montar una pérgola de la nada.
Tercer paso: las celosías. Esto es controvertido, porque no todo el mundo quiere cerrar de manera definitiva los laterales de una pérgola. Así que a nosotras nos parece que tienes que decidir qué es lo que necesitas, bien una celosía, bien unas telas. Así lograrás un efecto de lo más convincente sea cual sea tu elección.
Y por supuesto, el último paso no puede ser otro que el de instalar algún sistema para conseguir esparcir un poco de agua a través de un sistema de canalizaciones. Así el verano será más llevadero dentro de nuestra pérgola que hemos sabido instalar. Mejor imposible, ¿no crees?