Hace ya tiempo que los colores pastel salieron de las habitaciones infantiles para extenderse a todas las estancias de la casa, de tal modo que, hoy en día, no es tan extraño ver salones, cocinas, baños… pintados y decorados en suaves tonos rosa, azul, verde, amarillo…
No cabe la menor duda, los colores pastel son tendencia y encajan a la perfección con el estilo nórdico, y ambientes minimalistas que tanto nos gustan.
Y, una vez que hemos decidido que nos gustan los tonos pastel y queremos aplicarlos en casa, siempre nos preguntamos. ¿Existe una norma para utilizar estos en decoración? Pues, bajo mi punto de vista, buscar siempre el equilibrio para no caer en la ñoñería.
Lo ideal es que si optamos por pintar las paredes en un tono pastel, el mobiliario sea blanco o en madera natural y los complementos en un color que contraste con el tono elegido para las paredes.
El objetivo es lograr un conjunto que transmita armonía sin parecer que estamos el cuarto de los niños.
Os dejo algunos ejemplos que escenifican muy bien lo que os comento en este post.
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