Durante algunos y años, y porque fundamentalmente estaba de moda, el rústico fue el estilo que predominaba en mi casa: maderas oscuras, colores ocres, gruesos textiles... Poco a poco, fui eliminando piezas, cambiando la pintura por otros tonos más luminosos, pintando mobiliario... dando un toque más actual y nórdico.
Sin embargo, esta casa me ha demostrado que el rústico no tiene porque ser oscuro o triste. En este caso, la luz es la protagonista de todas las estancias, ella es la encargada de que el mobiliario de maderas contundentes, los antiguos baúles, los techos y suelos de madera... luzcan actuales.
Otra de las claves para acertar con este estilo, es utilizar el "menos es más". Un mobiliario tan contundente como éste, necesita pocas piezas, espacios amplios y colores suaves en la decoración, como han hecho en esta casa. Así la elección de los textiles, ha sido bastante acertada: tonos claros, blancos, amarillos...
Lo importante es, no recargar el espacio, eliminando demasiado mobiliario y dejando que el blanco de las paredes, junto con la luz natural, lo invada todo.
Vía Vtwonen
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