Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene la entrada de casa no solo a nivel funcional, sino también a nivel decorativo. Al fin y al cabo, el recibidor es la carta de presentación de nuestro hogar, y ya sabemos lo relevante que resulta siempre la primera impresión que nos llevamos de algo.
Respecto a su composición, la variedad de opciones es muy amplia y depende en gran parte de las características particulares del espacio en cuestión, si bien hay un elemento que no puede faltar en ningún caso: la consola recibidor. Se trata de un mueble que, casi como cualquier otro, ofrece un gran abanico de posibilidades tanto en estética como en funcionalidad, y a la hora de decantarse por una u otra, todo dependerá de nuestros gustos y necesidades.
En el mercado podemos encontrar desde las opciones más sencillas, casi minimalistas, hasta otras mucho más elaboradas, con estantes, puertas y/o cajones que te permiten disfrutar de un interesante espacio de almacenaje interior. Eso sí, tanto unas como otras disponen, como mínimo, del soporte superior del mueble, ideal para colocar alguna pieza decorativa (un jarrón, una vela, un portafotos, etc.), además de elementos algo más prácticos, como pueden ser una lamparita de mesa o un recipiente para dejar las llaves, la correspondencia, etc.
Los materiales con los que se haya realizado la consola recibidor serán los que determinan en gran parte su estilo. Así, por ejemplo, las de madera suelen emplearse para entradas de estilo colonial, rústico, vintage (dependiendo de su tipo de acabado) e incluso industrial, si se combina con hierro; mientras que las de cristal, combinadas en algunos casos con patas o estructuras de acero inoxidable, están más indicadas para recibidores modernos y vanguardistas.
A la hora de escoger una consola de entrada, también deberíamos tener en cuenta que algunos modelos incluyen un espejo a juego, y otras, en cambio, no lo traen, por lo que deberemos combinarlas con un espejo totalmente independiente. Eso, claro está, en el caso de que queramos colgar un espejo en el recibidor, que obviamente no es obligatorio, pero siempre interesante, puesto que más allá de que suele quedar muy bien, a (casi) todo el mundo le agrada la posibilidad de echarse un último vistazo en el espejo para comprobar su aspecto antes de salir de casa, ¿no crees? Además, los espejos ayudan a potenciar la sensación de amplitud y de luz natural de cualquier espacio.
Por último, queda escoger el tamaño. Para esta tarea, más que para ninguna otra, conviene aplicar criterio y sentido común con el fin de optar por una consola de tamaño proporcional al de la entrada. Obviamente, no interesa ni un mueble que acapare todo el recibidor ni otro que quede ridículamente pequeño, sino uno de su justa proporción. Así que antes de precipitarnos con un modelo en concreto, es necesario tomar las correspondientes medidas de la entrada y, en última estancia, escoger una consola que se adecúe a esta, no solo en lo que se refiere su tamaño, sino también en relación a las otras características antes mencionadas.