Con la llegada del otoño, las horas de sol se van acortando y ya no será necesario tener los toldos bajados durante todo el día. Pero antes de recogerlos, debemos dejarlos listos para la temporada siguiente. Observaremos que los agentes exteriores a los que han estado expuestos los toldos que tenemos distribuidos en ventanas, terrazas o jardín, han hecho mella en ellos. Tendremos que pensar en su correcta limpieza y reparación.
Consejos de mantenimiento
Existen toldos cuya limpieza puede resultar complicada. Tal es el caso de las cubiertas localizadas en ventanas o en terrazas, donde la altura puede resultar un peligro en el caso de que no podamos desmontar estos aparatos. Tendremos que tomar las medidas de seguridad oportunas antes de ponernos manos a la obra. Si disponemos de una carpa en el jardín o tenemos un balancín con cubierta de tela, la limpieza será más fácil puesto que podremos desmontarlos.
Un aspecto importante es el mantenimiento de los brazos móviles de los toldos. Las piezas de metal deben limpiarse con algún producto especial ya que la inactividad de los engranajes durante las heladas y el granizo de los meses fríos, puede llegar a atascarlos. La mejor forma de asegurarnos su funcionamiento futuro es engrasar las bisagras y engranajes con aceite o cera.
La lluvia es quizá el mayor enemigo de los toldos. Si tenemos los toldos desplegados y comienza a llover, es mejor recogerlo antes de que el agua lo empape. Los sistemas de inclinación con los que se planifica la instalación de los toldos, calcula una pendiente lo suficiente efectiva como para que el agua escurra, pero no podremos evitar que la tela de la cubierta se moje. En cuanto cese la lluvia, desplegaremos el toldo otra vez para que se seque: guardarlo mojado lo estropearía.
Guerra a las manchas
El impacto del sol de justicia veraniego afecta al color del toldo. Los colores de las cubiertas irán perdiendo viveza a medida que pasen los años puesto que los rayos solares irán 'comiéndose' el tono. En algunas tintorerías están especializados en teñir cubiertas de lona con el objeto de devolverlas el aspecto que tenían al principio de su instalación. Esta solución sólo es válida con toldos desmontables, sino tendremos que conformarnos con acondicionarlos lo mejor posible.
La propia degradación del medio ambiente a causa de sustancias perjudiciales como el humo y el aire contaminado, harán que nuestras cubiertas adquieran suciedad. Estas manchas unidas a las propias sustancias de la lluvia, impresionan la tela del toldo. Una vez que el toldo esté completamente seco, tendremos que emplear un aspirador para eliminar la suciedad sólida acumulada.
Para eliminar las manchas necesitarás un cepillo de cerdas suaves o una esponja, agua fría y una pequeña cantidad de detergente o jabón neutro. Tendrás que aplicarlo directamente sobre las mismas pero con cuidado de no dañar la lona al frotarla con demasiada fuerza. Si existen manchas resistentes, se recomienda añadir al agua un par de gotas de amoniaco. Si quieres preservar la intensidad de los colores, recuerda que a la hora de aclarar el jabón, tendrás que añadir al agua unas gotas de vinagre.