Este mini apartamento tiene sólo 34m2 pero su gran terraza le permite ampliar su espacio, funcional y visualmente. Una terraza de esas dimensiones es como un segundo salón, y en verano nos permite disfrutar de la buena temperatura y del aire fresco, como si fuese una estancia más de la casa. Su gran ventanal permite contemplar desde el interior ese espacio anexo y por lo tanto, nos da la sensación de que el espacio es mayor (aunque físicamente este fuera).
Con una decoración sencilla y nórdica, y sin tabiquería que independice las estancias y que dé la sensación de espacios pequeños, se consigue un espacio diáfano y amplio donde poder cocinar tranquilo, recibir amigos, etc.
El blanco y sobre todo la madera es la protagonista de esta vivienda. Los suelos, la carpintería de ventanas y puertas, la pérgola exterior, el reloj de la pared... y algo que me ha encantado, el frente de la cocina.
vía