Es el proyecto de transformación de una habitación infantil a una habitación adolescente con carácter y personalidad, una habitación que cobra fuerza allá donde se mire.
Pero según iba desarrollando el proyecto, se iba haciendo más complejo. Había que darle carácter y personalidad a la habitación, pero, sobre todo, que le gustase a ella.
Coloqué un papel pintado en la pared donde iba a ir situada la cama y el mobiliario. Este papel sería el que marcaría y determinaría la decoración del resto.
Tras varias propuestas presentadas elegimos uno de rayas anchas en color gris y blanco y colocado en horizontal para dar más amplitud a la habitación.
Toda la carpintería, tanto las puertas de los armarios como la puerta de acceso al dormitorio se lacó en blanco, contrastando con los tiradores que se pintaron en negro.
Elegí mobiliario de líneas sencillas para la cama, la cajonera en color blanco y sustituí la clásica mesilla de noche por un original carro de cocina en negro. Añadí complementos en acero como la lámpara flexo y los estantes de la pared.
En cuanto a la paleta de colores tenía claro que iba a ser neutral: blancos, grises y negros. Además dan mucho juego porque si te cansas de ellos y quieres cambiar la decoración puedes añadirle cualquier tono de color como el amarillo, rojo, azul o rosa.
Se mezclaron tejidos y distintas texturas en los complementos como la colcha de piqué o los cuadrantes con plumas, que además dan un toque sofisticado a la cama.
Está claro que esta habitación tan luminosa ya no es la misma, se dejó a un lado el estilo infantil dándole la bienvenida al estilo adulto, actual y con carácter.
Aqui os dejo el desarrollo del proyecto.
¡Hasta la próxima!
Plano de distrubucción y perspectivas del proyecto a ejecutar.
Proyecto real