Las puertas de interior son un elemento que puede llegar a ser muy decorativo. Aunque muchas veces pasen desapercibidas, unas puertas bonitas son capaces de mejorar y de cambiar por completo el ambiente de cualquier estancia.
Aunque por regla general no le prestamos mucha atención a las puertas de interior de nuestra casa, lo cierto es que son un elemento a tener en cuenta en la decoración, ya que tanto si son bonitas como si no lo son, pueden mejorar o echar a perder cualquier interiorismo, por muy especial que este sea.
Y dentro de la amplia variedad de colores y acabados que existen para las puertas de interior, las triunfadoras indiscutibles son las puertas lacadas en blanco.
Puertas de interior lacadas en blanco, las más buscadas
Puede ser por su luminosidad o por que transmiten una gran sensación de ligereza. El caso es que las puertas de interior lacadas en blanco están de absoluta actualidad. Y esto no es nada nuevo, sino que ya viene siendo así desde hace bastantes años.
Para mi gusto (que al parecer no difiere en este caso con el de la mayoría de la gente) son las más bonitas, ya que aportan a la casa una gran sensación de amplitud y de luz. Las habitaciones parecen más grandes y espaciosas, la luminosidad aumenta y los ambientes se tornan menos pesados. Justo lo contrario de lo que ocurre si las puertas de paso son muy oscuras. En esos casos, las estancias parecen reducirse y los interiores se vuelven más oscuros y agobiantes. Por eso las puertas blancas son tan apreciadas hoy en la decoración de las casas modernas.
Perfectas en cualquier ambiente
Unas buenas puertas lacadas en blanco, acompañadas por unos rodapiés con el mismo acabado y color, son una increíble forma de revalorizar la decoración de la casa.
Además, tienen la ventaja de que se adaptan sin problemas a cualquier tipo de suelo, sea del color que sea, así como a cualquier estilo de pared, esté pintada como esté pintada. Esto, sin duda, es un acierto, porque permite cambiar las puertas sin tener que levantar y cambiar también el suelo, por ejemplo.
DIY: puertas lacadas… por ti
Según los entendidos en la materia, existen muchos tipos de puertas lacadas, en lo que a calidad se refiere, pero una de las mejores son las puertas en las que el lacado se realiza sobre tableros de DM. Este material es muy resistente y, sobre todo, no se altera con los cambios de temperatura o humedad. Así, es poco probable que se dilate o se contraiga, lo que evita que el lacado se resquebraje o se deteriore.
Pero, claro está, no todo puede ser tan bueno. Las puertas lacadas tienen un inconveniente importante, y es que son más caras que las de madera barnizada. Sin embargo, si tu bolsillo no resiste el presupuesto de instalar puertas de paso lacadas, siempre te queda la opción de lacarlas tú mismo, lo que resulta infinitamente más económico.
Aquí tienes algunas explicaciones sobre cómo debes hacerlo. Para empezar es importante que la puerta en cuestión esté muy limpia, por lo que has de limpiarla con agua y jabón para eliminar cualquier tipo de suciedad que pudiese tener. También tienes que retirar todos los elementos metálicos como las manillas y las bisagras.
El siguiente paso consiste en lijar toda la superficie con una lija de grano fino para abrir los poros de la madera. Conviene que te hagas con una lijadora eléctrica que te facilite el trabajo, sobre todo si te has decidido a lacar todas las puertas de tu casa.
Aplica ahora una capa de imprimación para superficies porosas con ayuda de una brocha. Se trata de una selladora de secado rápido que prepara la madera para acoger después la pintura. Una vez se seque la imprimación quedarán a la vista los pequeños desperfectos que la puerta pudiera tener. Es el momento de repararlos con masilla o, incluso mejor, con pasta de estuco (se vende lista para usar en tiendas especializadas). Deja secar y lija la masilla hasta que la zona quede totalmente lisa.
A continuación aplica dos capas de esmalte laca de poliuretano con teflón (es una pintura muy resistente) de color blanco y acabado satinado con un rodillo de espuma. En caso de que dispongas de espacio suficiente, es mejor poner la puerta en horizontal sobre unos caballetes. Si la pintas de esta manera (y la dejas secar en esa posición) trabajarás más cómodamente y el resultado será mucho más perfecto, ya que controlarás mejor la aparición de los antiestéticos goterones y churretes de pintura.
Por si no te ha quedado del todo claro cómo tienes que realizar el proceso de lacado, aquí tienes un vídeo explicativo donde podrás ver cómo lacar una puerta, paso a paso.
Realmente no parece un trabajo muy difícil, ¿verdad? ¿Te animas a hacerlo?
Esta entrada Decora con puertas de interior lacadas en blanco se publicó primero en Decoración 2.0.