Durante nuestra visita apreciamos que el color blanco es el predominante en muebles y puertas, siempre adecuadamente combinado en paredes con tonos beiges, rosas, azules y ocres que empapan de personalidad cada estancia de la casa.
El principal inquilino de esta vivienda se descubre cuando observamos el toque infantil que se ha otorgado a varias de las estancias principales. Un dormitorio, un cuarto de juegos y un baño de uso exclusivo, revelan que la pequeña Claudia es la gran protagonista de esta elegante 'casa con vida'.
El halo que desprenden las luces del techo cobra gran importancia en este distribuidor, al desviar la atención hacia sus paredes con molduras decorativas adornadas con sobrios cuadros.
El paragüero y los adornos con fotografías de la infancia sobre el cubre-radiador lacado en blanco, nos indican el estilo predominante de la casa. Con esta combinación se ha conseguido crear un ambiente clásico y hogareño.
Este cuadro de punto de cruz sobre una de las encimeras permite romper la monotonía del blanco, a la vez que posibilita no alejarse en exceso de lo clásico, estilo que no se pierde en ningún rincón.
Tonos grises en encimera y suelo, y amarillos en los complementos, se han utilizado para romper la seriedad del blanco, el color que predomina en la cocina. El gran ventanal de la terraza aporta un adecuado toque de luz.
Una cómoda de madera maciza, acompañada de un espejo de marco dorado, ambos de Cranky Style, forman un todo dentro de una de las partes del recibidor de la casa. El triunfo del color es predominante, la madera oscura de la cómoda contrasta con la pared y las puertas, dotándole de un mayor protagonismo.
Dos candelabros de plata de Pedro Durán comprados en la Joyería Villa, y el cubertero de Cranky Style, son sólo algunos de los detalles con los que nos deleitamos en el comedor, situado dentro del salón. Un lugar donde no se olvida lo clásico y en el que los adornos de plata se distinguen por su belleza.
Dos sillones estampados con una cretona inglesa de Gancedo lucen tras la mesa central de hierro a la que no le falta ningún detalle. Flores, velas y otros ornamentos complementan la zona de descanso del salón.
El sofá, de actual tono tostado, decorado con manta de piel y frente a una clásica Boiserie lacada en blanco, junto con el combinado de hierro y teca, hacen una combinación perfecta entre todos los elementos, que dan al salón un estilo puramente neoclásico. Con ornamentos y colores que nunca se pasan de moda se consigue que nada se salga de esa armonía.
En este rincón, con una vitrina de dos hojas, un mueble-bar de los que antaño no faltaba en ninguna casa, y un reloj exclusivo para amantes de las antigüedades. Todo de Rústico.
Entre todos los elementos combinados en el salón, destacan la mesa hexagonal de caña y teca de Casa Jardín, a mayor altura, sustituida por la tradicional camilla. El sofá y los cojines con piedras ornamentales, de Cranky Style, dan la pincelada actual que la decoradora busca en todo momento.
La terraza, debido a su reducido espacio, está ambientada perfectamente con una hamaca y dos mesas auxiliares que recrean la época estival
El aparador de médula lacado en blanco es otro de los elementos indispensables en un comedor de estas características. Un lugar donde guardar lo indispensable y con un acceso directo a la cocina a través de dos puertas abatibles de persiana.
Para continuar con la misma línea del comedor, el sofá, de Cranky Style, está también estampado a juego con las sillas. Las láminas enmarcadas en verde son de Cuadriman.
Un clima acogedor se respira en la sala de estar. Aquí, el color amarillo y los estampados de flores son fundamentales para dar un aire joven. La mesa y las sillas de mimbre son de Solano.
Con un punto de luz cercano al espejo, se ha querido dotar de una luz más tenue a este rincón del cuarto de baño. El aplique es de Cuadriman y el juego de toallas de Oh! qué Luna.
El azul y el blanco destacan sobremanera en el dormitorio principal de la casa. Las cortinas y el cabecero de tela estampada de El Lienzo de los Gazules, y la colcha de Musgo de piqué blanca dando luz al dormitorio, están en perfecta armonía.
El dormitorio principal dispone de un cuarto de baño de corte sobrio, y con los saneamientos adaptados a los espacios que deja una encimera de mármol hecha a medida, al igual que el mueble del tono del mármol. La mampara está cubierta con un estor con iniciales, dando un toque diferente a la tradicional mampara.
Las mesillas de noche altas de madera son de Cranky Style y la lámpara de KA Internacional. No falta el detalle de las flores que otorga al dormitorio un aire todavía más romántico.
Un buró de madera con tiradores en color cobre, de Cranky Style, preside la entrada al dormitorio. Encumbrado por un lienzo agua marina, el buró cuenta además con una lámpara como elemento decorativo, con una pieza de wengué africana como sujeta-libros.
Aire puramente infantil y femenino el que desprende el cuarto de color rosa de la pequeña de la casa. En él se ha puesto el máximo cuidado para que no falte detalle; desde las paredes, empapeladas de Jacadi, hasta las lámparas, de VTV, pasando por la colcha o los juguetes, forman una gran armonía de color.
En este cuarto también hay un lugar para mamá, habilitando un orejero -donde Claudia fue alimentada en sus primeros meses de vida-, junto a una lámpara de pie y una cómoda que sirve de cambiador. Un rincón donde poder disfrutar de sus sueños.
Este rincón para las muñecas con un armario al que no le faltan adornos, está iluminado por la luz de una lámpara de VTV con pantalla rosa, que combina con la cama y cubre-radiador.
La cama nido guarda total armonía con la colcha de cuadros rosas de VTV. Los rulos laterales y los cojines, de diferentes formas y colores, crean una combinación ideal de texturas y colores.
Originalmente decorados están los armarios, convirtiendo un lugar que suele pasar inadvertido en un sitio en el que merece la pena fijarse. El medidor de Osito Azul requiere también una especial mención.
Un cubre-radiador de celosía hace las veces de mueble auxiliar donde poder colocar algunos objetos decorativos. En este caso el blanco sigue siendo el color elegido para combinar con el rosa.
Al cuarto de juegos no le falta detalle: la lámpara imitando un globo con oso incluido, los originales cuadros de Cuadriman e, incluso, un perchero de nube detrás de la puerta, para colgar los bolsos de la pequeña. Las paredes cuentan con un friso de madera blanco que separa la parte inferior -pintada tono beige-, de la parte superior -empapelada con papel de Gastón y Daniela en rayas rosas y beiges-.
El cuarto de juegos es el preferido por todos en la casa. Es aquí donde Claudia pasa más horas del día con sus juguetes, dando rienda suelta a su imaginación.
El lugar más alto del baño de Claudia es el lavabo, con todo tipo accesorios para su aseo. Destaca el espejo con marco de ondas blanco, y las cortinas con bodoques azules en fondo blanco.
Es fácil adivinar quién es la principal usuaria de este baño. La altura a la que se han colocado los objetos, la pequeña banqueta, y el nombre bordado en las toallas, delatan que este baño es de ´uso exclusivo´.
La mesa es de Jacadi y los sillones de mimbre con cojín de cuadro rosa son de Solano. Resulta el lugar ideal para el ocio reposado. Destaca el original cubre-radiador con forma de valla.
Tres cestos de mimbre y una estantería blanca de VTV resultan muy útiles para mantener ordenados todos los juguetes. Para guardar otras cosas, el armario empotrado lacado blanco.
Más información: Silvia Carrión
Imágenes: Esther Juaranz