Uiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii chicas, que llevo todo el fin de semana sin asomar por aquí con tanto salir y salir. Pero aquí me tenéis con una pequeña selección de fotos del delicioso paseo de la tarde del sábado. Un recorrido por un pueblecito termal muy cerquita de casa. Justo como a mi me gustan, antiguo, con solera, con carácter y para añadirle más belleza, repleto de agua allí por donde se le mire...
Nada más entrar por él ya nos llaman la atención sus señoriales casas que lo recorren, con esas verjas antiguas de hierro que dejan entrever vergeles envidiables...
Balcones enrejados, árboles centenarios, aceras empedradas...
Detalles ornamentales en los edificios que ya no apreciamos en las nuevas construcciones...
Nos saluda desde lo más alto un precioso campanario de una de sus tantas iglesias...
Y a cada paso que damos nos sorprenden vivos bulbos de agapantos...
Vidrieras en pequeñas catedrales...
Y montones de bouganvillas aportando colorido a tan bonito pueblo...
Caminamos y caminamos, la tarde se ha nublado y corre una ligera brisa que nos anima a adentrarnos en plazas, parques y callejuelas...
Es éste un pueblo termal repleto de balnearios. Por él el agua se erige como total protagonista. Dicen que es curativa y son muchos los que se pierden largos fines de semana para relajarse, aliviar males menores y olvidarse de todo. No pude fotografiar esos bellos centros de agua con lo preciosos que eran, mimados en decoración, llenos de plantas, piscinas de agua caliente y repletos de relajación. A cambio os cuelo por aquí uno de sus rincones dignos de fotografiar, antiguos lavaderos donde mujeres de otras épocas lavaban la ropa...
De ellos han hecho una cuidada restauración manteniendo las picas, las rejas de sus escaleras, los suelos de piedra...
Y ese caño de agua tan caliente que hasta vapor salía de ella...
Vergelianas me apoyo en la enorme pared de piedra imaginando el trajín de mujeres acicalando sus ropas, riendo y charlando mientras su manos blanqueaban cada pieza y cada prenda. ¿Os imagináis es esta época carecer de lavadoras?...Madre mía, bendito invento, solo de pensar en lavar a mano conjuntos tan blancos como el que luzco en la foto para dejarlos impolutos, se me disparan los nervios...
Sin embargo, envidio el reunirse de tantas mujeres ante semejantes enormes picas de agua, riendo y charlando, contando chismes del pueblo. Eso es algo que nuestras modernas lavadoras y nuestras ajetreadas jornadas no pueden brindarnos...
Instantánea desde lo alto para que admiréis los enormes lavaderos de antaño, los últimos que quedan quizás de un pasado que en este precioso pueblecito han conseguido mantener para deleite de curiosos y paseantes...
Abandonamos tan encantador rincón para seguir paseando...
Admirando iglesias y enormes árboles...
Bellas fachadas con reminiscencias religiosas...
Fuentes encantadoras...
de chapoteantes caños curativos...
Casas señoriales perfectamente cuidadas en una perfecta restauración...
Con sus verjas trabajadas que nos invitan a entrar...
El recorrido finalizada al punto que el cielo se tiñe de anochecer...¡Que belleza!...
Y antes de abandonar Caldes de Montbui como así se llama este pueblo, nos sorprenden troncos de árboles vestidos con piezas de ganchillo en múltiples colores que alguien en un arranque de divertida locura se ha atrevido a colocar...
Chicas iniciamos nueva semana de Julio con más calor si cabe. Por ello este vergel sale al exterior para pasear todas juntas a un pueblo termal. De vez en cuando os invito a conocer lugares de por aquí que también a su manera me hacen acercarme mucho más a vosotras...
Feliz día de lunes para todas mis vergelianas...