Los muebles en el estilo moderno, se basan en la idea de la “limpieza visual” y por ello tienden a estar levantados del suelo o a poca altura dando una sensación de ligereza. Las líneas de los muebles en el diseño moderno evitan los adornos o embellecimientos y son muy simples. Se hace un énfasis en los materiales naturales. En el interiorismo de las cocina, existe una creciente búsqueda de la eficiencia, el silencio de los electrodomésticos, y la funcionalidad de los espacios.
Pero han sido nuestros hábitos los que lo han consolidado como una de las preferidas en términos de diseño a lo que se refiere. El hecho de comer en la cocina resulta ya algo habitual, ya sea sentados en una barra que sirve de comedor y al mismo tiempo como extensión de zona de trabajo, o como lugar donde reunirse a charlar mientras se toma algo o se cocina.
Las cocinas modernas destacan del resto porque aplican la filosofía de que menos es más.
La cocina, como espacio arquitectónico, ha cambiado a lo largo del tiempo para posicionarse como uno de los espacios principales en una vivienda. Antes era concebida únicamente como área de trabajo, una zona ‘sucia’ que no debía estar a la vista. Ahora la cocina es el corazón social de la vivienda. Se ha convertido en la zona que se quiere mostrar de una casa al conocerla. De ahí la importancia de concebir un buen diseño de cocina, con el espacio adecuado para las necesidades y usos de los propietarios y sus invitados, y con los materiales y acabados que expresen las características y gustos de los mismos.
De esta manera, se integra la cocina en la trama de la vivienda, y los espacios pequeños se amplían aprovechando la doble funcionalidad del mobiliario. Cuando en el diseño interior de una cocina el espacio no es problema, las cocinas se expanden como una parte más de la zona social de la vivienda. La cocina moderna, por tanto, conjuga necesidades y características estéticas para lograr una pieza original e innovadora. Es en sí una pieza arquitectónica y de diseño definida por las relaciones sociales.
En resumen, las claves podrían ser:
1.- Apostar por una distribución multifuncional, ya sea en U en L o simplemente en una línea. En la fase de diseño es importante definir una modulación que permita optimizar el rendimiento de la cocina; es aquí donde se distinguen las zonas de despensa, almacenaje, limpieza o lavado, preparación y cocción.
2.- Funcionalidad y diseño, las cocinas modernas apuestan por líneas simples y composiciones derivadas de figuras geométricas regulares, evitando al máximo posible recargar elementos; todo ello a fin de dar una sensación de armonía en el lugar. El minimalismo es quizás uno de los estilos de diseño más buscados actualmente, aplicable también a cocinas tanto de estilos rústicos como clásicos.
3.- Usa colores y acabados que logren que los espacios produzcan sensaciones de tranquilidad y armonía, efecto de amplitud y consigan exclusividad. Es por esto que en cuanto a los acabados, predominan los contrastes entre colores neutros tales como el negro y el blanco ya que se asocian a la estética cosmopolita y a la elegancia, junto con toques de tonos vivos en elementos puntuales como el mesón, las sillas o algún mobiliario.
4.- Y la iluminación, es otro punto importante a tener en cuenta en el diseño de la misma. Es importante definir la luz esencial para poder trabajar en las distintas zonas de la cocina, también puede usarse para iluminar muebles, vitrinas y encimeras con la intención de otorgar un carácter de área de exposición para todos los usuarios y de esta manera destacar el mismo.
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