Hay placeres en la vida que son impagables y uno de ellos es, que te sorprendan un día cualquiera y vengan a por ti con una bolsita y una merienda para disfrutar del atardecer, para dar la bienvenida a la noche. En Las Palmas se produce algo fantástico, desde la Isleta puedes contemplar el Este, el Sur y el Oeste, así que mientras los últimos rayos de sol hacen presencia detrás de Tenerife, la noche camina por el cielo desde la ciudad en esa danza eterna. En sólo son unos minutos el mundo te muestra una cantidad de colores increíbles, donde antes había un turquesa ahora un azul marino intenso, el azul del cielo se mezcla con naranjas, rosas,? el olor del Atlántico cambia, el sonido de las olas, te envuelven esos matices cargados de vida, de sensaciones agradables. Pequeños placeres que me hacen sentir feliz.
vía: harmonyanddesign