La cómoda Valverde apareció en nuestras vidas como tantas otras cosas: por casualidad. Alguien que se mudaba de piso la tenía y no le cabía en su nueva vivienda... Y las redes sociales hicieron su magia. Cuando la vimos, su peso y contundencia no dejaban lugar a duda: era un buen mueble, con mucho potencial, pero que nosotros no pondríamos en nuestra casa así, tal cual. El transporte hasta casa fue complicado, debido a su peso y al respeto que le teníamos al sobre de mármol... Y una vez en el taller, analizamos la situación: se trataba de una cómoda de los años 60-70, realizada en varias maderas diferentes, donde el mármol y sus patas decoradas marcaban el acabado que funcionaría mejor. Para resaltar las vetas del mármol, lo mejor era usar el blanco como color de fondo, y para resaltar sus patas decoradas y darle un toque de elegancia al conjunto, el dorado jugaría un buen papel.
Empezamos su restauración. En primer lugar hicimos un tratamiento preventivo contra la carcoma, ya que tenía agujeros antiguos: inyección en cada uno de los agujeros de un producto comercial, usando una jeringa, pintado todo el mueble con el mismo líquido y tapado con plástico para que los vapores sigan haciendo su efecto durante 3 días.
Lo rascamos superficialmente, ya que el barniz estaba en perfectas condiciones, y procedimos a encintar para no manchar el interior del mueble ni las patas. La pintura que utilizamos fue una Bruguer blanco satinado al agua. Tuvimos que darle un total de 3 capas para cubrir bien, con rascados suaves entre capa y capa. Una vez seco, descintamos y preparamos las zonas de las patas para poder empezar con el dorado...
El dorado... Qué drama!!! Empezamos con un dorado en spray, ya que el acabado era perfecto y el color conseguía un parecido excepcional con el oro... Pero aplicar sprays en zonas donde hay muchos roces fue todo un error... Los dorados en spray son a base de porpurinas, las cuales con el roce se desenganchan, además son poco resistentes a golpes y desgastes... Procedimos a su retirada y a probar con otro producto. En este caso usamos dorado amarillo de Titan, está hecho a base de partículas de latón y eso le da un efecto dorado muy realista. Su aplicación es complicada, recomendamos un pincel con cerdas muy suaves y aplicarlo con suaves toques con cantidad, sin arrastrarlo demasiado para no dejar marcas. Después de un par de capas, su cobertura era perfecta. Pero los dorados son muy delicados, mucho, todos!!! Así que este necesitaba de una protección para que las partículas de latón no se oxidaran por contacto con agua o luz (se ennegrece), le dimos una capa de goma laca Titán, como recomienda el fabricante. A pesar de esa protección, la goma laca sobre dorado da una textura poco resistente a los golpes, así que le dimos dos capas de poliuretano al agua. Nos gusta que nuestros muebles se puedan usar y tocar, por eso la importancia de dar acabados que aseguren que su belleza resistirá el día a día, a pesar de eso este mueble siempre será más delicado que otros, ya que el dorado nunca será tan duro como un lacado o una melamina...
Barnizamos el interior de los cajones con barniz al agua resistente. Y decoramos el fondo con papel decorado para paredes, con un dibujo que podía recordar a las vetas del mármol.
El sobre fue tratado con politrol para recuperar el brillo original del mármol. Y una vez seco, ya pudimos darlo por terminado... El resultado es espectacular y quedamos muy satisfechos, a pesar de todo lo que nos había hecho pasar... De todo se aprende ;).
Y para más detalles, podéis fer la ficha de la cómoda Valverde aquí. ¿Os gusta el resultado?