Un día buscando algo en el altillo pasé al lado de una cómoda "setentera", me volví para mirar mejor, parecía que me estaba pidiendo a gritos que la sacase de ahí y eso fue lo que hice, darle una mejor vida en mi dolce-hogar.
En este caso el mueble es de madera, así que lo primero que hice fue lijarlo a conciencia para dejarlo preparado. Además, quite las cerraduras que iban con llave, la cual ya no tenía. A continuación, le di un tratamiento contra el carcoma, apenas había cuatro agujeros pero más vale prevenir.
Después elegí una pintura para madera de color gris piedra, le apliqué dos capas por fuera y una por dentro del mueble. Aproveché también para pintar una caja de madera y un taburete de blanco mate.
Una vez seca la pintura empecé a empapelar la cómoda por dentro, en mi caso tenía varios papeles de pared sobrantes y como no me decidía, puse varios.
Compre estos preciosos tiradores de mariposas de color rosa transparente, me encajaban muy bien con el diseño que tenía en mente. Los coloqué en las mismas ranuras de las cerraduras así conseguía tapar los agujeros tan feos que me había dejado.
Por último empapelé las puertas con este papel de pared tan original de mariposas, con el sobrante coloqué también en la caja. Finalmente, al taburete le pinté las patas de color gris y el asiento lo cubrí con trapillo gris.
Espero que os haya gustado el post de hoy y os animo a restaurar esos muebles que agonizan en trasteros, mercadillos, la casa de los abuelos y les deis una segunda oportunidad. Desde dolce-hogar reciclar es crear.