En mi casa en Navidad no puede faltar el Nacimiento, al fin y al cabo, es lo que realmente celebramos este día: que un niño nació en Belén para traer la paz y la redención al mundo. Al pobre lo acabaron matando joven, por decir tantas verdades incómodas a la cara, pero dejó un mensaje de amor, que después de 2000 años sigue siendo igual de válido. Por lo menos eso es lo que pienso yo, a pesar de que los hombres se hayan empeñado en desvirtuarlo y utilizarlo como excusa para cometer montones de atrocidades.
Recuerdo que cuando era pequeña solía ir a la "misa del gallo" y me encantaba oír la historia un año más. Me imaginaba al pobre José agobiado tocando puertas, con María en la borriquita a punto de caramelo y como acababa dando a luz entre una mula y un buey. Luego venían los pastores y le traían queso y miel, y yo siempre pensaba que era una historia con final feliz: porque quien quiere palacios teniendo buena compañía y ricos manjares.
Este año mi Nacimiento es muy sencillo y especial: las figuras están hechas con piedras de río pintadas de dorado y vestidas con puntillas y ante. Lo he metido todo dentro de un bote grande de cristal que he llenado con arena de playa, para que sirva de base de las figuras. El resto de la decoración la he completado con palitos , encaje antiguo y el pesebre donde duerme el niño Jesús está hecho de ganchillo.
Aquí te dejo algunas fotos para que veas los detalles de los personajes. A los animales les he pegado una piedra pequeña detrás para que se mantengan erguidos y no se caigan.
Es muy diferente al que solía poner habitualmente, pero la verdad es que me encanta cómo ha quedado.
¿Y tú, sueles poner Nacimiento en casa?
Besos
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