El calentamiento global nos amenaza con veranos más y más calurosos. Cada año que pasa el peligro de sufrir una ola de calor nos invade. ¿Qué hacemos si no tenemos una piscina en casa? ¿Cómo podemos sobrevivir al apocalipsis del verano?
Cada uno recurre a su ingenio, una ducha fría, una manguera, un balde o cubeta con agua… pero lo cierto es que no es necesario contar con piscina para instalar una ducha exterior para combatir el calor en nuestro jardín o terraza. ¡Así es!
Ideas para tener una ducha exterior
He vivido siempre en piso, en una época donde la idea de que cada edificio tuviera una piscina era un sueño. Entonces, cuando llegaba el verano bajábamos al jardín, conectábamos la manguera al grifo y nos mojábamos un poco. Con suerte algún vecino armaba una de esas piscinas de tela plástica y nos hacía el verano más ameno.
Claro, si vivimos en una casa sin piscina la manguera se convierte en un improvisado aliado. De adulto, quién no se ha refrescado con ésta mientras tomaba el sol? La manguera puede sacarnos del paso, sin duda; pero ¿no resulta mas cómoda una ducha?
Hoy en día, en muchas revistas y webs de decoración se ven duchas exteriores para combatir el calor. Son comunes en los hoteles o los bungalows de playa, para desprenderse de la arena antes de entrar al alojamiento, pero podemos tomar esa idea y llevarla a nuestra pequeña casa o nuestro piso con terraza. ¡Claro que sí!
No tenemos por que tener una piscina para instalar una ducha en nuestro jardín o terraza. Podemos instalarla de forma independiente y crear diferentes ambientes para la misma dependiendo tanto de nuestro presupuesto como de nuestro sentido estético. Si hay ganas de no padecer calor, hay ideas.
A la pregunta de por qué instalar una ducha externa hay muchas buenas respuestas: si tienes niños es la mejor manera de mantener la casa limpia, si haces una parrillada en verano, también; si tienes mascotas, ni hablar, si practicas running, si te ocupas de tu jardín también ya que la suciedad de andar entre plantas queda allí y por último, volviendo al comienzo de nuestro artículo, si hace mucho calor pues te das una ducha fresca y voila!
Durante el verano tener una ducha en el jardín resulta realmente práctico. Nos permite refrescarnos mientras tomamos el sol o realizamos otras actividades sin necesidad de abandonar el jardín. En contra de lo que pudiera parecer, su instalación no es complicada y tampoco requiere un gran espacio.
Podemos colocar la ducha en una de las paredes exteriores de casa o crear un espacio propio para ella en algún lugar del jardín. Ésta última opción, sin embargo, requerirá un mayor trabajo de instalación y probablemente una mayor inversión, dependiendo de la distancia hasta las tomas de agua.
De todas maneras, hoy en día, cualquier plomero habilidoso te lleva los caños a cualquier sitio. Solo hay que levantar un poco la tierra, hacer el canal y volver a cubrir. El jardín quedará algo raro unos días pero después todo vuelve a la normalidad. Es todavía más fácil que instalar los típicos regadores automáticos.
Una vez pensado y decidido el lugar, tendremos que pensar cómo vamos a presentarla. A la larga resultará práctico haber cuidado ciertos detalles como son el tipo de soporte, el material del suelo y/o los posibles accesorios. El dinero que invirtamos bien hoy será un dolor de cabeza menos en el futuro.
Si además de práctico queremos convertir la ducha externa en un oasis, tendremos que incorporar al diseño una dosis extra de creatividad. Un suelo cerámico resulta limpio y por tanto, muy adecuado para la ducha; pero también podemos utilizar plataformas de madera tratada sobre piedras para ayudar a que el agua drene.
Hay que pensar en materiales que resistan no solo el agua y la humedad sino la intemperie, incluido el sol o lo que pueda desprenderse de las plantas cercanas.
Junto a la ducha podemos colocar un perchero o taburete para colocar la toalla y disponer unas plantas para que el lugar resulte mas refrescante. Y creo que, si contamos con una pared, un gancho para colgar la toalla o la ropa que nos sacamos resulta imprescindible.
Estilos hay muchos. Puedes optar por un estilo despojado y playero, o transformar ese rincón en un mini spa de lujo típico del Sudeste asiático. Yendo un poco más allá, creo que hasta sería conveniente instalar una ducha de pies, además de la corporal, para usar con la mascota, para limpiar rápido los pies de los niños que tienen esa costumbre de entrar y salir de casa todo el tiempo…
Opciones hay muchas; inspírate en las imágenes que hemos seleccionado para crear la tuya. ¿Te gusta el estilo griego de blanco y azul, como si estuvieras en Mikonos? ¿Prefieres sentirte en Bali mientras te lavas el pelo con champú con aroma a coco? ¿O lo tuyo es el estilo Ingalls, con latón y madera?
Por último, las duchas externas en las terrazas seguro no pueden ser tan cómodas o amplias, salvo que tu terraza sea genialmente amplia, pero aun así es posible instalar una.
Lo ideal es que tu cocina tenga salida a la terraza para poder sacar el caño de agua fría. Meterse en obras es un pelín más complicado, pero si el diseño de tu piso lo permite, creo que disfrutarás mucho más tus tardes de verano, tu regreso del trabajo, tu sesión de broceado, tus madrugadas de más de 38 grados centígrados… Todo con una ducha externa para combatir el calor.
Fuente: este post proviene de Decoora, donde puedes consultar el contenido original.
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