Pues es cierto que aunque sea una información que no nos guste mucho hacer, la verdad es que si hay interiores y decoraciones que se diferencian por detalles y que nos hacen imaginar quien es su propietario.
Un espacio oscuro y duro, puede evocarnos un espacio masculino y sobrio, y sin embargo, un interior luminoso y blanco, de detalles pastel, nos indica feminidad y delicadeza.
Y es que hemos crecido creyendo en estas afirmaciones, y relacionando colores, pero esta claro que nada mejor que una alternativa para romper las reglas.
Hoy para ello, os traigo dos estilismos diferentes, en un mismo espacio, en color Rosa y color Azul. Un guiño a lo que hubiéramos dicho, de niños y de niñas, pero veréis que pueden ser perfectamente representantes mas que de un genero de una situación.
Algo mediterráneo, o una campiña francés?
El Rosa:
Una composición delicada, de naturalidad y luz, con detalles de superposición de texturas y volumen.
Componer a base de textiles y dejar protagonismo a los malvas o a los blancos.
Solo la incursión de elementos geométricos en blanco y negro, le aportan algún detalle minimalista.
En esta estancia, donde el friso se pinta a mas de 170 cm. de altura, se consigue potenciar aun mas la altura y se detalla con piezas de tradición y naturalidad.
Una composición delicada, y ....femenina, no?
El Azul:
Con sencillez de composición, sin duda, este espacio ahora nos traslada a un interior mediterráneo.
Relajado y fresco, que potencia los detalles blancos, y ahora el contraste.
Aquí ahora, por ejemplo, se potencian los contrastes de complementos, ya que se añaden mucha fuerza de azules, y la ropa de cama, se centra en tonos fríos y neutros.
Una base de color en toda la pared, que al llegar a las molduras, lo que hace es dar mayor verticalidad y clasicismo, es ahora cuando elementos como la ventana de cuarterones o la silla de ratan en blanco, se abren hueco para representarse.
¿Un espacio de chico? Pues tampoco lo creo, no?
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By Carolina