Cuando empecé a dar mis primeros pasos en el mundo de la organización en 2013, en España apenas había 3 o 4 personas que estaban dedicándose a ello. En esos momento si algo deseaba con respecto a la profesión, además de la formación, era el poder compartir mis inquietudes, mis dudas e inseguridades al respecto del ejercicio de la misma.
Por eso cuando a mediados de 2016 Maria Gallay me escribió contándome que junto a Cloti y Adelaida habían dado el paso de crear la Asociación de Organizadores Profesionales de España, mi reacción inmediata fue la de una adhesión incondicional al proyecto, y un compromiso que llevo con orgullo hasta el día de hoy como miembro de la Junta, tras haber sido elegida por mis compañeros para esta tarea en el Segundo Congreso que AOPE celebró.
Desde la posición privilegiada que me da el conocer la Asociación desde sus inicios, quiero hoy decir que si algo caracteriza la labor que desde ella se viene haciendo, es sin duda
la defensa y lucha por conseguir que los servicios de los organizadores tengan el lugar que les corresponden, y se reconozca su valor
no sólo de cara a los clientes, qué también, si no más incluso de cara a nosotros mismos.
Porque un organizador no es sólo una persona a la que se le da bien ordenar……
es alguien que se ha formado y se forma para ello
que tiene una visión del espacio dinámica y global
que tiene empatía para entender a la otra persona
que sabe escuchar
que inspira, dirige y acompaña
que ayuda a tomar decisiones (a menudo difíciles)
Que conoce el mundo de la organización
que tiene un método de trabajo
que ofrece confianza y credibilidad
que es PROFESIONAL (con todo lo que ello implica ética y legalmente)
En definitiva es una persona que ama su trabajo, y a través del cual ayuda a sus clientes a mejorar sus espacios, a hacer que su vida sea más fácil.
Y todos esos son los valores por los que AOPE aboga, y que justifican el verdadero precio del trabajo de un Organizador Profesional y de su pertenencia a la Asociación.