Yo es que cada vez soy menos consumista (si es que alguna vez lo fui) y según pasan los años se me hace más bola estas fechas, lo de tener que comprar por comprar no lo llevo nada bien. La batería de mi espíritu navideño está a niveles realmente bajos. De ahí que yo siga a lo mío, con mis casas bonitas que me hacen soñar.
No es la primera vez que os enseño un proyecto de Chelsea Hing y quizás tampoco sea la última. Me gusta cómo toma de referencia los entornos para crear las paletas de color. En este caso el tono terracota del suelo exterior, es el que marca el color predominante en los interiores, pero también hay reflejo de los grises de los eucaliptos, o de los verdes de las vides y de la corteza ennegrecida de los árboles, con esas premisas ya tenía un esquema cromático sobre el que basaría este proyecto. Para ello, además del tono de las paredes, introdujo materiales como el cuero marrón, la pizarra, el cedro y otras maderas o el yeso pulido.
La planta baja se organiza en torno a una cocina de concepto abierto. Sencilla, aunque con toques elegantes, como los apliques dorados que contrastan muy bien con el color terracota. En el frente no se han colocado armarios altos lo que deja el espacio visualmente más despejado, así como más integrado en el salón, que cuenta con un gran comedor y a continuación zona de estar.
La planta superior se extendió permitiendo así, crear en ese primer piso, una suite de invitados y en la planta inferior un gran porche contiguo al salón desde donde contemplar las vistas a la naturaleza, las montañas y los viñedos. En la primera planta sin duda destaca el baño, el color terracota lo hace muy cálido y acogedor aportando un plus, el techo de lamas de cedro y el mobiliario de madera, el punto elegante y sofisticado lo aportan los toques de latón en espejo, grifería y apliques, y la guinda del pastel se la da la piedra negra de la bañera y el lavabo. Sin duda el baño, no puede ser más bonito.
Cuando una casa tiene carácter necesita pocos complementos para obtener un efecto WoW, mirad la entrada, ha sido suficiente con un cuadro XXL para llenar el espacio. Tiene truco claro, se puede decir que la propia carpintería de la puerta y sus tiradores, ya roban bastante protagonismo. Por la parte exterior pasa igual, tres esculturas de madera tipo tótems se encargan de dar la bienvenida, la bonita puerta hace el resto.
Confieso que nunca he sido mucho de color terracota, pero últimamente y a base de verlo, cada vez me gusta más. Transmite una sensación envolvente que me da mucha paz. Quizás yo sería más comedida en su uso, no lo podría en una casa entera, pero me lo podría plantear quizás para una habitación, o para resaltar una pared, o sólo hasta la mitad de pared y la parte superior en blanco, o a lo mejor empezar con textiles para no arriesgar. ¿Qué opináis de este color, os gusta?
Imágenes: Sean Fennessy para Elle Decor
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