Como ya os anuncié en otro post sobre espacios reducidos en el baño, os voy a enseñar cómo conseguí almacenar todo lo que necesitaba en el aseo en tres pequeños rincones.
Lo primero que deberíamos hacer para distribuir el almacenaje, es una especie de “inventario” de las cosas que vamos a querer tener, aunque yo aconsejaría que sean las que vamos a necesitar solamente.
Evita acumular botes, utensilios y todo lo que no vayas a utilizar en tu rutina diaria. Si tu baño es muy pequeño, es aconsejable que guardes lo que utilices sólo de vez en cuando en otro lugar o en un armario cerrado dentro del baño si dispones de él.
Después de valorar lo que yo necesitaba, decidí colocar tres espacios para el almacenaje:
1. El típico almacenaje colgante de Ikea (en el catálogo 2015 hay uno parecido en gris por 14,99 y otro de tela por 7,99). Es un elemento que podemos encontrar en muchas casas, pero es que realmente es muy práctico. Yo lo arrastraba desde mi anterior piso, así que decidí incluirlo en este aseo. Apenas ocupa espacio, sólo se precisa un trocito de pared y en los bolsillos que tiene te cabe casi de todo (yo he llegado a meter un secador de pelo).
2. El segundo espacio de almacenaje es el foco de atención de mi aseo, lo que demuestra que los muebles o accesorios que compramos por su practicidad pueden servirnos para mejorar una habitación entera.
Esta cajonera metálica colgante (Westwing Home&Living 29â?¬) da mucha personalidad a cualquier espacio. Este tipo de estantes se pueden utilizar también en la entrada, en una habitación juvenil, en la zona de trabajo…
3. Por último, toda ducha pequeña requiere algún soporte como el mío:
Es un típico soporte de plástico con ventosas (Ikea 9,99 â?¬). Este es una de las múltiples opciones que puedes encontrar; los hay más grandes, más pequeños, de hierro, para colgar de la mampara, etc. Siempre te valdrá como una solución económica para poner tus artículos de aseo.
Le dí un toque divertido con un mango de ducha con luz (Westwing Home&Living 28â?¬), que cambia de color dependiendo de lo fría o caliente que esté el agua. Es divertido y útil a la vez, ya que sabes cuándo puedes meterte a la ducha viendo el color del agua desde fuera.
¿Crees que te cabrá todo con estas ideas? Ya sabes, cuéntame!
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