Se me olvidó deciros que en mi visita a Ikea me quedé sin mi anhelada guirnalda de luces para colgar en mi cenador. Enfadada volví a casa porque según me dijeron se había agotado por completo y ya no volverían a traerla. Aún sigo a la caza de una que combine con mi gran vergel, pero se me resiste...Algunas son demasiado llamativas, otras de formas espantosas y las que más me gustan por sus colores, son de sencillo papel, con lo cual podrían estropearse con la lluvia...Mientras se me aparece la ideal, os dejo instantáneas de exteriores al anochecer repletos de luces traducidas en guirnaldas, bombillas, faroles, velas, farolillos, simples envases de cristal y globos solares. Todos ellos decorando espacios bien diferentes, en estilos dispersos y en escenarios situados en bosques lejanos, terrazas urbanas, jardines maravillosos, patios campestres y porches a la entrada de casas de ensueño. Disfrutad de todos y cada uno de ellos, inspiraros con cada foto y elegid la deseada para trasladarla a vuestro hogar, yo ya he elegido la mía, la última de todas ellas, después os cuento por qué...
Adelante chicas, en esta ventana hoy nos hipnotizamos con mágicas luces al anochecer...
Y esta es la mía vergelianas. Un sencillo patio con pared de piedra, sencillo y acogedor. Me recuerda al que tenía mi abuela cuando yo era una niña solo que repleto de luces por todos lados. Guirnaldas de bolas de un extremo a otro, faroles de colores, vasos de cristal a modo de portavelas, un bonito centro en el suelo de reminiscencias árabes y una gran farola como centro de todo. Me encanta porque aúna varios estilos en uno invitando a sentarse en su banco ahora que el penetrante calor nos hace refugiarnos en nuestros frescos exteriores. ¿Sabéis qué chicas?, que me he contagiado de todos estos exteriores al anochecer, así que esta noche pienso encender velas y faroles de mi terraza emulando espacios tan cálidos como éstos...
Y vosotras, ¿con cuál os quedáis?...
¡Feliz tarde de final de domingo para todas!