Llevaba tiempo pensando cómo aprovechar un trozo de pasta de
modelar que me sobró cuando monté mi cornamenta (click)
y, finalmente, me decidí a hacer un florero.
Siempre he tenido ganas de hacer un curso de cerámica.
Lo voy posponiendo por falta de tiempo y una buena manera
de "iniciarme" sería probando a hacer una pieza en casa con
material que no requiriese horno de ceramista.
Para darle algo de textura al acabado decidí utilizar tela de arpillera
de un viejo saco.
Amasé la pasta con algo de agua para hacerla mas moldeable.
Formé un rulo y lo extendí sobre el saco con un rodillo de madera.
Con un cuchillo corté la pasta para darle forma rectangular.
Di la vuelta a la pieza resultante sobre el saco y volví a pasar el
rodillo para que ambos lados tuvieran textura de arpillera.
Uní los extremos cortos y doblé uno de los lados largos hacia fuera
para simular una tela doblada. Lógicamente la pasta se abrió por
algunos lugares pero no me preocupé porque buscaba ese efecto.
Con los recortes de la pasta que sobraron amasé una bola que también
aplasté con el rodillo sobre la arpillera.
Situé la pieza anterior sobre esta última y fui montando la base
ayudándome de agua para igualar la unión, aunque sin esforzarme
en que quedara perfecta para conseguir así un efecto más natural.
Finalmente, presionando con los dedos desde dentro y con la
arpillera desde fuera, fui imprimiendo el entramado del tejido
allí donde se había difuminado, nuevamente sin buscar un acabado
impecable para obtener una pieza con un toque algo rústico.
Así quedó y así la dejé secar durante dos semanas.
Finalmente dí dos manos de pintura blanca mate en spray con el fin
de otorgar más consistencia a la pieza y evitar que la pasta manchase
como si de una una tiza se tratase.
Y así he conseguido un recipiente hecho con pasta de modelar al que
podemos dar diversos usos: portalápices, para contener potpourri...
O como florero introduciendo un vaso con agua y unas flores.
Una pieza única realizada con material que tenía en casa y que comparto
un viernes más en el Finde Frugal de Marcela de Colorín Colorado,
a la que deseo lo mejor en la edición del libro que está preparando.
¿Me acompañáis a descubrir más inspiración buena, bonita y barata?