Por eso, hoy os invito a visitar un taller-floristería en Toulouse, en Francia, lleno, no sólo de flores, sino también de una serie de objetos preciosos que lo convierten en un espacio diferente. Hoy, nuestro hometour es un shoptour... pasen y vean.
Fuente @ InsideCloset.com
La artífice de este espacio parecía estar predestinada a un trabajo en el que las flores fueran las protagonistas: se llama Sophie Amapola. Un nombre "diferente" para una artista cuyo estilo también lo es, diferente y personal. Porque si algo tienen en común su local y su trabajo con las flores es que Sophie marca la diferencia. Un florista que aunque dedicada principalmente a las bodas, lleva su estilo más allá del ramo de la novia o el centro del coche... las mesas, la ambientación de las ceremonias y los banquetes, e incluso la de la habitación donde los novios pasarán su primera noche de casados, todo pasa por sus manos.
Alejada de los convencionalismos, Sophie tiene una forma muy personal de entender la naturaleza y el entorno que le rodea. No sólo las flores, también las plantas olvidadas por otros floristas, cortezas, ramas, antigüedades,... todo forma parte de su universo, y ese universo se refleja en su estudio, un espacio de trabajo lleno de rincones únicos.
Poppy, que así se llama esta floristería, es un espacio tan personal y que se parece tan poco a las floristerías que yo frecuento, que cuesta imaginar que se dediquen a lo mismo. Aquí, un simple vistazo a las imágenes nos ofrecen una idea bastante clara de la persona que allí trabaja y de sus creaciones, ambas comparten un punto de frescura y naturalidad que atrapan al primer vistazo.
Su madre, que es propietaria de una tienda de decoración, fue quien le inculcó a Sophie el gusto por los mercados de pulgas en los que acostumbra a perderse para volver cargada de tesoros que, cuando no acaban en su casa, terminan en su taller, donde pasa la mayor parte del día. Allí, las decoraciones que emplea en sus eventos, se mezclan con las tarjetas para todo tipo de ocasiones que se exponen en un antiguo torniquete, pero también con jarrones de cristal, cajas de madera, farolillos de papel que cuelgan en las ventanas y, junto a todo ello, sus colecciones personales como una de atrapasueños hechos con tapetes de la abuela - ¿os acordáis del que hicimos aquí en el blog? -, otra de relojes antiguos, otra de terrarios y, mi preferida, por su singularidad, su colección de manos-floreros. Objetos típicos de floristería se mezclan con otros singulares y, lo mejor, todos ellos conviven en perfecta armonía, ¿sorprendente, verdad?
Trabajar en un sitio así tiene que ser fantástico, ¿no creéis? Mires donde mires, a tu alrededor siempre encuentras algo bonito e inspirador, no es de extrañar que las creaciones de Sophie también lo sean. No dejéis de pasaros por su web, allí además de ver sus fantásticos trabajos, también podréis ver otros apartados, como los dedicados a la inspiración y hasta el DIY. Estilo ecléctico para una web que, como el local que hemos visitado en nuestro shoptour, se define perfectamente con su lema: "Poppy Figue Flower: curiosidades vegetales... y malas semillas" ;)
Es más, si tenéis la posibilidad, Sophie también imparte cursos... una pena lo del idioma, porque a mí Toulouse no me pilla tan lejos... Quién sabe... igual algún día me escapo aunque sólo sea para visitar este maravilloso taller-floristería.
¿Y vosotr@s? ¿Os vendríais conmigo?
¡¡FELIZ SEMANA!!