En este primer Finde Frugal del año os traigo el resultado para el
que estuve buscando hace poco inspiración en la red (click)
Finalmente no fue una bufanda, ni un bolso...
Contaba con poco material: dos ovillos que salieron de fabricar mi
propio trapillo a partir de unos pantalones piratas que ya no usaba.
La pieza a fabricar no podía ser demasiado grande y me puse a
tejer a ver qué se me iba ocurriendo.
Aunque me resulta más fácil y más relajante el punto de aguja
(no hay que andar llevando cuentas), esta vez opté por tejer
con aguja de ganchillo y hacerlo en redondo.
A medida que iba tejiendo pensé en un salvamanteles pero
finalmente opté por personalizar mi taburete FROSTA de IKEA
y hacerle una funda.
Los dos ovillos me vinieron justitos, justitos y he de decir que tejer
crochet con trapillo no elástico resulta muy engorroso.
De otro lado el resultado queda menos perfecto, aunque a mí me gusta
por su aspecto más rústico y saber que he intervenido en todo el proceso.
Mi taburete ha quedado encantador y más mullido.
¡Ah, ya he empezado una nueva labor de trapillo!
Sí, ciertamente crea adicción, pero esta vez no me voy
a complicar fabricándolo yo misma.
He hecho un gran descubrimiento: el trapillo o totora, como
también se conoce, lo venden ya hecho hasta en los chinos
por 2,05 ? la bobina y cuentan con muchísimos colores.
Pero lo que voy a simplificar en el material quiero invertirlo en
la complicación de la pieza a realizar.
¿Qué será, qué será?
En cuanto lo acabe os lo muestro...