Si hace unos años, en Navidad todo eran belenes, turrones, espumillón por todos lados (¡quel horreur!) y bolas de colores para el árbol, poco a poco nos vamos contagiando de esa Navidad del norte de Europa, donde los colores son menos estridentes, los adornos más naturales y menos numerosos.
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En esa línea andaba yo ayer, cuando decidí hacer algún dulce casero para llevar a casa de mis amigos cuando nos reunimos. Descartados algunos (muy ricos pero que me iban a obligar a no bajarme de la cinta de correr durante, al menos, 2 semanas) dí con esta receta que me ha encantado: las galletas de nueces de pimienta o Pebernødder.
La receta la he tomado del blog Delikatissen y es verdad que salen un montón de galletitas (en mi caso entre 65-70) pero hay que hacer las bolas pequeñas (como mini albóndigas).
Una vez estén, las sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla. Aguantan unos días si las guardas bien. Anímate a hacerlas y sácalas en tu mesa de Navidad.
Me encantaría poner una mesa como la de la foto y las galletas, pero sé que van a durar poco en la cocina...¡umm que ricas están!.
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¿Las quieres regalar?. Pues haz una bonita presentación y ¡triunfarás!.
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