Hablando de Emprender

Hace ya 5 años que empecé en la aventura de emprender y ahora cuando echo la vista atrás me río de mi misma, ingenua y atrevida lanzándome a este mundo sin tener ni idea de donde me metía. En estos años, ha sido mucha la gente que me ha escrito (o ha venido a la tienda) contándome su idea para que le aconsejara si aventurarse a montar su propio negocio o no. Mi respuesta siempre ha sido la misma, no soy ninguna profesional en el tema empresarial, pero lo que si te puedo contar, son algunas cosas que he ido aprendiendo a base de tropezar, caerme y volver a tropezar… Y muchas cosas de las que me he dado cuenta a medida que pasa el tiempo, que si ahora volviera a empezar no haría así. Ya os conté algunas de mis aventuras en este mundillo hace tiempo aquí. Pero vayamos al pasado, al verano de 2011.

Por aquel entonces, yo vivía en Madrid y veía que las ideas que llevaban tiempo rondándome la cabeza, empezaban a materializarse gracias a gente, que como yo quería tener un trabajo que le hiciera feliz y luchar por conseguir sus sueños. Siempre recordaré el día que, caminando por la Glorieta de Bilbao con mi amigo Kepa y soñando con montar nuestro propio estudio de interiorismo, nos fijamos en un pequeño local que se alquilaba en la calle Sagasta. Cruzamos para cotillear y seguir fantaseando con nuestro proyecto y descubrimos que tras el cristal empapelado había una chica colocando la tarima del suelo. -Vaya, se nos han adelantado! nos dijimos entre risas. – Ahora tendremos que buscar otro…

De repente se abrió la puerta y la chica nos preguntó si queríamos algo y no sé cómo, pero acabó invitándonos a entrar y contándonos su proyecto. Salí de allí motivadísima, la chica era arquitecta como yo y había decidido montar una tienda de lanas y tela donde impartir talleres. Si ella lo había hecho, ¿por qué no iba a poder hacerlo yo? Ya me imaginaba en mi tienda llena de washi tapes, cartulinas, sellos y troqueladoras. Muchos seguro que ya habéis hilado datos y sabréis que esa chica era Merche de Black Oveja y que a día de hoy, ella y Alfonso siguen con la misma alegría y fuerza al pie del cañón!

Recuerdo que cuando me volví de Valencia con el coche cargado de trastos y mil ideas revoloteando en mi cabeza, la gente no entendía muy bien que era lo que pretendía hacer. ¿Una tienda de qué? De cosas bonitas… Ya, ya, pero de qué! ¿de ropa? ¿de regalos? ¿de decoración? ¿de manualidades? Pues no sé como definirla, es que no se le puede poner un nombre al que estés acostumbrado, tendrá de todo un poco y muchas cosas bonitas!

Lifestyle, Concept Store… Conceptos que ahora todo el mundo entiende, por aquel entonces (y aún hoy…) aquí sonaban a chino. Yo les hablaba de tiendas que había visto en Paris y en Londres hacía años y todo el mundo me decía que no entendía nada, qué de que iba a vivir y como iba a pagar las facturas vendiendo chorraditas! Que mejor opositara o me buscara un trabajo de verdad o incluso que mejor siguiera estudiando y me fuera al extranjero.

Nadie de mi entorno entendía nada, así que decidí buscar información sobre como crear mi propia empresa y que pasos debía dar y me fui a la oficina de creación de empresas del ayuntamiento. Mi gozo en un pozo! Quién me atendió me hizo mil preguntas, me miraba con cara de ésta está loca cuando le respondía y acabó diciéndome que no lo veía muy claro y no entendía que tipo de negocio era ese, pero que me iba a enviar por mail unos documentos que me ayudarían. Cuando llegué a casa ya tenía el mail en mi bandeja de entrada. Por un lado un excell con 3000 millones de celdas donde meter los supuestos datos económicos de la empresa para ver si el proyecto era viable a corto-largo plazo. Inversión inicial, gastos de alquiler, reforma, mobiliario, mercancía… hasta ahí todo parecía normal, pero cuando llegó el momento de “suponer” los ingresos me quedé loca, y yo que sé lo que voy a vender. Llamé por teléfono y le pregunté, su respuesta fue: Para eso esta el otro documento, un word para hacer tu plan de empresa. Tienes que analizar la competencia y negocios como el tuyo y en función de eso, sacar información que te ayude a suponer esos datos lo más reales posibles y ver si es viable.

Conclusión, yo seguía sin entender nada. En Coruña no había nada que se le pareciese y con lo que poder compararlo, precisamente por eso creía que mi idea iba a funcionar. Así que empecé a inventarme los números para ver lo que salía. Metiese lo que metiese, aquel excell del infierno decía que era inviable y yo empecé a desilusionarme y a pensar que quizás aquello no era tan buena idea y debía olvidarlo y buscar “un trabajo de verdad”.

Os cuento esto, porque ahora me río al recordarlo, pero lo pasé muy mal. Nadie me entendía, ni mostraba interés por hacerme entender todo aquel lío. Si hasta la chica de hacienda, se pasó mas de media hora consultando y preguntando a compañeros en que epígrafe me tenía que dar de alta!! Solo me hablaban de créditos, impuestos, altas de hacienda y licencias, pero ¿hola? ¿a alguien le interesa algo más que los malditos números y la famosa viabilidad del proyecto? Pues parece ser que o montabas un negocio tradicional que todo el mundo entendiese (tienda de muebles, tienda de ropa, juguetería, tienda de manualidades, etc) o allí nadie entendía como ibas a vender, a llegar al cliente potencial a conseguir que los medios se interesasen por ti, y un largo etc…

Al final hablé con mi madre y le dije que no entendía nada, que yo quería montar mi tienda y dejarme de suponer lo que iba a facturar y lo que no. No podía ser tan complicado, no? Era cuestión de arriesgarse, apostar por un nuevo concepto de comercio y esperar que gustase. Al final llegamos a la conclusión de que si yo lo tenía tan claro, lo intentase y ya veríamos lo que pasaba. Quien no arriesga no gana y así empezó todo… Con mis eurillos ahorrados y otros tantos que me dejaron mis padres, empecé a darle forma a mi mini empresa, con mucha ilusión pero también con mucho miedo por no saber lo que iba a pasar.

Hoy, 5 años después, no me puedo quejar, sigo con el chiringuito en pie y vivo de esto. En estos años no he tenido casi tiempo para hacer todos los cursos que me hubiera gustado y que me hubieran ayudado a gestionar mejor mi empresa, a crear estrategias de marketing, a crecer de manera ordenada y mejorar el posicionamiento de la web, por ejemplo. Pero bueno soy consciente de la suerte que he tenido, de ir creciendo poquito a poquito y de no arruinarme por el camino. A pesar de esto, si hoy estuviera en la situación de hace 5 años, estoy segura de que todo hubiera sido mucho fácil, o al menos diferente. Hoy en día existe mucha información, ayudas, colectivos y grandes profesionales dispuestos a ayudarnos a emprender, a tomar decisiones y a planificar las diferentes fases que debe tener todo proyecto para convertirse en una empresa rentable. Porque aunque os parezca que no, tu puedes creer mucho en tu proyecto, pero también hay que dejarse aconsejar por gente que ha pasado por eso antes que tu o lleva años trabajando con emprendedores. De todas formas, la ultima decisión es tuya y siempre puedes arriesgarte a emprender aunque todo el mundo te diga lo contrario… Si fracasas, al menos lo habrás intentado y estoy segura de que habrás aprendido muchísimo por el camino.

Así que esta entrada va para todos esos que me habéis preguntado que como lo hago… Desde luego, la improvisación no es la mejor opción, ni algo que pueda recomendar. De echo, creo que todo lo que os he contado deberíais apuntarlo en la lista de cosas que NO debes hacer, jajaja. No puedo ser un ejemplo a seguir porque os volveríais locos con mi caos, pero por suerte hay grandes emprendedores de los que se puede aprender muchísimo. A mi me ha ido bien (aunque no tengo queja, con planificación seguro que me podría haber ido mejor), pero en estos años he visto gente empezar muy fuerte y dejarlo por el camino. Es una lucha constante, exige mucho trabajo, organización y sacrificio que no siempre se ve recompensado. Hay que aprender a delegar las cosas que no son lo tuyo, para centrarte en lo que si lo es, en eso que te gusta hacer y es el alma de tu marca, pero amigos, eso cuesta dinero y por eso hay que poner todas las opciones encima de la mesa antes de lanzarse a la piscina.

Y como conclusión de todo este rollo que os cuento de mi vida, creo que lo mejor es hacer balance de todo (o casi todo) lo que he aprendido en este máster no-oficial sobre cómo ser empresaria y no morir en el intento:

*Tu proyecto tiene que ser una idea muy pensada, a la que le hayas dado mil y una vueltas, meditado muy bien y creer al 200% en ella. No te quedes en una simple idea general, vete apuntando todo lo que se te ocurra y este vinculado a ella. El concepto, productos o servicios que ofrecerás, imagen de marca, espacio donde se realizará, como te vas a comunicar con tus clientes, si necesitaras un equipo contigo desde el principio, planes de futuro… Aunque sea a modo de collage, todo eso irá dando forma al proyecto y te ayudará a la hora de presentárselo a otras personas para que te den su opinión.

*Inspirarte en otras marcas/negocios está bien, pero procura que la inspiración no llegue al limite de la copia. Más que nada por tí, si haces algo porque es lo que se lleva, lo que vende o lo que parece que gusta, pero no crees en ello ni te sale de dentro… difícilmente conseguirás luchar contra lo que te viene por delante. Lo mejor que te pueden decir de tu marca (o eso creo yo), es que es un reflejo de ti y esa conocida frese de: Es tan tú…



*Dejate aconsejar y ayudar por profesionales. Hay gente muy buena que se dedica precisamente a eso. Tu marca o empresa no será menos porque no lo hagas todo tú mismo. Lo que no sepas/quieras hacer, déjaselo a profesionales, al final te ahorrarás tiempo y dinero. Además ser mujer/hombre orquesta es muy duro!

*Piensa desde un inicio a donde quieres llevar tu negocio. Si empiezas sin tenerlo claro, posiblemente cuando llegue el momento, sea mucho más dificil que el negocio crezca y de los pasos necesarios a su debido tiempo.

*Olvídate del reloj, si estás pendiente de cumplir horarios, ser emprendedor no es tu opción. Hay que sacrificar horas de sueño y vacaciones para empezar un negocio. Esto también dependerá mucho de las “cargas” que tengas. Por ejemplo, no es lo mismo empezar a montar tu marca desde cero cuando tus únicos gastos fijos y obligaciones al mes son pocos (vives con tus padres, aún eres estudiante, etc…) que si ya te has independizado y/o tienes hijos o lo compatibilizas con otro trabajo o actividad a tiempo completo. Parece una chorrada, pero si vives solo, además de los gastos que te genere tu empresa, debes acordarte también de los que te genera vivir. Y si tienes hijos, además del gasto que suponen, debes dedicarles tiempo y siempre hay muchos más imprevistos. Así que en función de tu situación, deberías plantearte las cosas de una forma u otra.

*Aunque tu negocio vaya a ser muy pequeñito y creas que tu sola puedes hacerlo todo… Rodéate de un buen equipo y todos ganareis. El equipo, en este caso no tiene porque ser gente que contrates, pero si tienes la suerte de poder contar con familia, amigos, compañeros que puedan echarte una mano si lo necesitas, siempre será mucho mas fácil.

*Formación continua. Saca siempre algo de tiempo y dinero para invertirlo en formación. Ya sea para mejorar tus estrategias de marketing, como para instalar un nuevo software que te hará la vida mas facil a ti y a tus empleados. Pero no pierdas el tiempo en intentar formarte en algo que después sabes que no harás y acabarás subcontratando, habrás perdido mucho tiempo y dinero. Un ejemplo, en mi caso sería absurdo intentar formarme en diseño web para poder montar mi propia web y tienda online. No me dan las horas del día para hacerlo, la informática no es lo mio y hay gente increíblemente eficaz que hará realidad las ideas que tienes en la cabeza en una milésima parte de lo que tu tardarías. Y lo mejor es que, mientras ese profesional lo hace, tu estarás invirtiendo tu tiempo en algo mucho más productivo para tu negocio.



*Piensa en lo que a ti te gustaría si fueras el cliente de tu propio negocio. Analiza el feedback que recibas de tus clientes y actúa en consecuencia. La gran importancia de las redes sociales, además de ser un gran escaparate y permitirte llegar a mucho más publico objetivo, tienen también la ventaja de regalarte feedback real y voluntario. A mi me ha pasado muchas veces, que envío un pedido online o atiendo a alguien en la tienda y después me encuentro una foto etiquetada en instagram hablando de la tienda y su experiencia. Es un acto voluntario, que el cliente hace porque quiere y que siempre debes agradecer y tener en cuenta para hacer balance a final de año.



*Hay que tener amigos hasta en el infierno, eso me decía mi abuela y es una gran verdad. Cuanto más grande sea tu red de contactos, más fácilmente encontraras soluciones a tus problemas. Y no te hablo de añadir en linkedin a todo el que veas… pero si que puedes asistir a eventos de networking donde puedes conocer empresas con las que colaborar, mantener el contacto con compañeros de cursos a los que has asistido y seguir en redes sociales a personas que tengan proyectos que te gusten y sean compatibles con el tuyo. A mi me ha pasado en varias ocasiones, marcas que se me presentan para colaborar conmigo y decirles, pero si se de sobra quienes sois, os sigo por instagram desde hace siglos! Y al revés también… escribir a alguna pequeña marca interesándome por sus productos y que me respondan de igual manera. Es muy enriquecedor colaborar con otros emprendedores, te ayudará a generar valor de marca y tus clientes estarán encantados con las novedades, eventos o lo que sea que te ocurra para montar un sarao con otros.



*En los momentos de crisis que todo autónomo emprendedor tiene… una llamada, un whatsapp con una nota de voz de 20 minutos desvariando de la dura vida que tienes o un café con alguien que tenga un negocio como tu, es mano de santo!! Entenderá todo lo que te pasa y te dará ánimos, maldeciréis el día que se os ocurrió montar un negocio propio, os contareis mil historias desquiciantes con clientes y proveedores, las escapaditas que os hacéis de fin de semana porque no tenéis vacaciones de 15 días y lo mucho que envidiáis a todos los asalariados del mundo! Ya sabéis que mal de muchos, consuelo de tontos. Y es que seguramente no vaya a cambiar nada, pero te desahogarás, te sentirás comprendido y te irás a trabajar de mucho mejor humor.

*No abandones a tus amigos. Quedar para tomar unas cañas y desconectar del mundo es genial. Aunque la vida no te de para más…siempre se pueden sacar unas horitas para ellos. Si no lo haces, cuando te des cuenta, habrán pasado 2 años y ni te habrás dado cuenta.



Estas, entre otras muchas más cosas, son cosas en las que ni pensaba hace 5 años. Hubiera agradecido que alguien viniera y me dijera, calma nena que todo va a salir bien, no te va a dar la vida y creerás que el fin del mundo llega cada vez que tienes que cerrar el trimestre, pero no… Lo estás haciendo muy bien!

Así que si tú, que estás al otro lado de la pantalla leyendo sobre mi vida, tienes ideas inquietas rondándote por la cabeza… Mañana te voy a descubrir algo que te ayudará a salir de ese mar de dudas. Si ya tienes el chiringuito montado y necesitas un extra de ayuda, también te vendrá bien. Y si estás agotado y crees que es el momento de reinventarse o morir, tampoco debes perdértelo!

Y con esto y un bizcocho… hasta mañana a las 9! Descansa que mañana vuelvo con algo que no podrás dejar escapar y sobre todo…que te servirá de ayuda para no cometer muchos de los errores que yo cometí hace 5 años.

Feliz Domingo!

PD: Todas las imágenes son de Lucia Be, emprendedora y luchadora que cada día consigue sacarnos una sonrisa con sus frases

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