Con este post nos hemos propuesto convencerte de que los techos y la parte superior de las paredes de tus habitaciones tienen mucho que decir, incluso en los baños. Se acabó tenerlos en un segundo o tercer plano. O más bien, sin nada que aportar a la decoración, como si fueran superficies anodinas, carentes de interés estético o algo bello que mostrar. Es hora de renovar techos y paredes con molduras.
Pero volvamos a su faceta decorativa. Las molduras más sencillas realzan y producen una estética limpia y un tanto minimalista. Mientras que los diseños más elaborados, con relieves y dibujos, pueden llegar a imprimir un sabor centenario envidiable.
Claves para renovar techos y paredes con molduras
Si te apuntas al reto, verás que no se trata de introducir grande cambios, ni tampoco crear techos o terminaciones recargadas en la parte superior de las paredes. No hablamos de eso, si no de jugar con estos adornos de una forma sutil para descubrir que tienen un hueco en los estilos más dispares. Comprobar que realmente son grandes elementos decorativos y que están de plena actualidad.
Solo es cuestión de saber dosificar estos ornamentos con acierto, integrarlos en su justa medida y combinarlos de forma que enriquezcan los espacios, sin miedo a combinarlos con materiales y acabados que son tendencia.
Un aire neoclásico para decoraciones modernas
Nada como ponerlas de forma que recorran todo el perímetro de la estancia. De inmediato realzan la belleza del espacio y ponen el foco visual sobre el techo. Una dosis de suprema elegancia.
Hasta es posible crear efectos más teatrales. En ese caso, incorporar molduras más barrocas es infalible, ménsulas incluidas si nos gusta la arquitectura clásica. Como si fueran una hilera de pequeñas figuras que recorren de lado a lado esa unión entre el techo y la pared. El resultado es muy chulo.
Un toque femenino a los ambientes
Estos ornamentos también poseen una gran capacidad decorativa cuando se trata de acentuar un estilo concreto de una estancia. De poner ese toque final que marca la diferencia y es capaz de dejarnos con la boca abierta. El reto en este caso es hacer mix increíbles.
Por ejemplo, combinando un papel pintado impactante en las paredes, a base de motivos florales, con molduras de relieves en el techo de idénticos dibujos, en un blanco impoluto. La imagen final puede tener un guiño femenino fresco y evocador.
Contrastes nada convencionales
La combinación original viene ahora. La parte superior de la pared puede poner el contrapunto para crear un contraste nada convencional, pintándola en un color intenso o pegando en él un vinilo con imágenes urbanas, grandes figuras humanas, etc. Te sorprenderá la imagen final.
Molduras con mensajes: el no va más
Otra cualidad de estos remates decorativos es que son como un lienzo en blanco sobre el que es posible pintar, escribir, dibujar…. En definitiva, dejan la puerta abierta para plasmar una versión más artística.
Sin duda las molduras personalizadas marcan un antes y un después en la decoración de cualquier estancia. En concreto, los modelos lisos y anchos son geniales para escribir palabras o letras sueltas. Incluso son perfectos para hacer sencillos estarcidos. Más artístico imposible.
Jugar a lo que no es
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.