Por increíble que pueda llegar a parecer, hay ciertos cambios en casa que podemos materializar por nosotros mismos. Conseguir resultados estupendos, originales y determinantes a la hora de modificar el estilo, aire o buenas vibraciones de alguno de nuestros espacios, puede resumirse en cambiar el color de piezas tan dinámicas como determinantes a la hora de conformarlo. Y como para muestra un botón, hoy te traigo un montón de buenas ideas para pintar sillas, y conseguir cambiar la apariencia de tus estancias a través de la práctica. ¿Te sumas a este sencillo y aparente cambio? ¡Pues toma buena nota que comenzamos!
Si crees que la idea de despuntar con algún color atrevido claramente no es para ti, apostar por decorar en tonos neutros al pintar tus sillas, dará un estupendo toque de interés visual a la decoración de tu zona comedor. Gama de grises, negro, blancos y la amplia línea de marrones pueden convertirse en todo cuanto necesites para estrenar espacio de la más original e inesperada de las formas.
Cambiar la estética tan sólo de la sentada puede darte estupendos resultados. Pintar sillas admite un montón de variantes, y si alguna de ellas te parece demasiado osada o atractiva a la vista, apuesta por que sólo sea alguna de ellas la que luzca de ese modo. Presumirás de aires originales sin cansarte ¡y tendrás la originalidad en el espacio más que garantizada!
Decorar una casa con poco dinero es para muchos sumamente determinante. Pero eso no quiere decir que tengas que terminar cayendo en la estética general de la casa low cost en la que la ausencia de originalidad y estilo es ya casi lo que se espera de ella. Apostar por invertir tiempo en lugar de dinero, será acierto seguro para conseguir distinguirla de la mayoría mientras fomentas su carácter, calidez e identidad. ¡Y todo a través de pequeños detalles como el de animarte a pintar sillas imprimiendo en ellas una parte de tu gusto y estilo más personal! Recréate al hacerlo y tendrás servida la originalidad gastando muy poco por el camino ;)
El Dip Painting o técnica del efecto sumergido, es una práctica con la que pintar sillas por ti mismo será pan comido. Se trata de imitar el efecto conseguido al introducir cada una de sus patas en un bote de pintura, y para ponerlo en práctica no precisarás más que la pintura escogida y cinta de doble cara con la que marcar o acotar hasta qué nivel quieres llegar con el nuevo cambio de imagen para tus sillas.
Pintar sillas apostando por cambiar la estética de todas y cada una de ellas, puede llegar a conducirte a un resultado más variopinto de lo que en principio tenías pensado. Así que si quieres lucir aires renovados sin renunciar a un estilo distinguido y para nada cansino a la vista, apuesta por toques sutiles llenos de originalidad.
Si te va el estilo más heterogéneo, ni lo pienses. Lo tuyo va a ser apostar por los colores que más te gusten y pintar cada una de tus sillas con uno distinto. En estancias monocromáticas, este efecto puede llegar a dar muchísimo de si. Podrás conseguirlo con el mismo modelo de silla y distinto color, o con modelos totalmente distintos entre si para conseguir una imagen completamente arrasadora.
Seguir destacando la esencia y acabado original de al menos ciertas partes de las piezas con solera, es una forma preciosa de darles cabida en nuestro día a día. Combinar el arte de fusionar la actualidad con la estética de antaño dará lugar a resultados súper vistosos e interesantes. ¿Qué te parece el resultado que puedes llegar a obtener?
Hasta el más lineal y sencillo de los ambientes es susceptible de cambio animándote simplemente a pintar sillas para cambiar su aspecto. Y si no, mira qué bien le ha sentado a la zona comedor que te muestro a través del siguiente ejemplo. ¿No te parece que esos vivos colores le han sentado de maravilla?
Hasta la pieza más clásica puede llegar a convertirse en estrella de rabiosa actualidad en tu comedor. Y es que convertir tus sillas de siempre en protagonistas de la estancia puede ser tan sencillo como apostar por darles un color inesperado.
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