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Suena bastante obvio pero tampoco está de más recordar que una de las mejores cosas de viajar es encontrar inspiración en lugares desconocidos. La novedad nos obliga a mirar mirar de verdad, observar- a nuestro alrededor y aprender. Es así como surgen muchas ideas en el diseño de interiores, de ver cómo disponen los demás algo tan íntimo como es el propio hogar. Hoy os voy a hablar de uno de los estilos más reconocibles y populares de Inglaterra, el georgiano, un tipo de arquitectura y decoración que proviene de uno de los periodos históricos más importantes de ese país.
Especialmente en el sur de Inglaterra pueden verse muchísimas muestras de cómo eran y se decoraban las casas de esa época. Nosotros fuimos testigos de ello en nuestro viaje por los Cotswolds, en el que estuvimos en muchas casas de campo que conservaban este estilo y visitamos ciudades, especialmente Bath, en las que hay una gran presencia de arquitectura georgiana.
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La época Georgiana se refiere al periodo que va desde 1714 a principios de la década de 1830, y que comprende los reinados de Jorge (George) I, II, III y IV. Se dice que el estilo georgiano surge por el rechazo que el rey Jorge I sentía hacia el exceso del Barroco. Son años que marcaron el contexto social y político de la sociedad británica, y que tienen un peso especial en la arquitectura y la literatura. Una especie de periodo bisagra en el que se daban los primeros pasos hacia la revolución y la modernidad. En este contexto encontramos los años de esplendor de Whites, un selecto club londinense que era (y es) exclusivamente para hombres, muy conocido por su libro de apuestas curiosas, y al mismo tiempo es el periodo en el que las mujeres empiezan a hacer oír su voz. La escritora Jane Austen es una de las grandes representantes del arte de la época, y sus libros son auténticas crónicas sociales de su tiempo.
El edificio del club Whites, en la calle St. James de Londres, es un buen ejemplo de arquitectura georgiana (si te interesa el tema, echa un vistazo a la obra de Robert Adam). Si quieres hacerte una idea de cómo eran por dentro las casas de la época, tanto las urbanas como las rurales, y también la moda de sus coetáneos, puedes aprovechar que muchos de los libros de Austen se han adaptado al cine. Una recomendación: Sentido y Sensibilidad del director Ang Lee
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En estos años se produce un resurgir de la novela. El arte sigue estando reservado para las clases más pudientes, pero el desarrollo de inventos como la imprenta hace que cada vez sea más accesible. Esto que cuento no es gratuito, tiene una gran importancia en las casas de la época. Estancias como la biblioteca y, especialmente, el salón cobran una gran importancia. Se presta atención a pequeños rincones en los que poder leer y tomar el té de manera relajada, y la luz cobra un papel fundamental.
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Las principales características del estilo decorativo georgiano son la simetría, la armonía y la calidez. Los colores, los tejidos, el trabajo con la madera, los patrones del papel de las paredes, los detalles en los objetos… es como si todo formase parte de un mismo cuerpo. Hay un sentido muy orgánico, muy vital, en el diseño de interiores georgiano.
Según se avanza en esta época, los colores se hacen todavía más cálidos. En principio se imponían el bermellón, verde salvia o azul grisáceo; más tarde predominarían los tonos más pastel, como los grises claros, rosa palo, azul cielo, verde guisante o blanco roto.
Los tonos de las paredes contrastan con los colores de la madera, muy barnizada para aguantar el paso del tiempo. En esta época se les da una especial importancia a los muebles, sobre todo a las estanterías, escritorios, mesas, sillas y sillones. Todo relacionado con el auge de la literatura que mencionábamos antes y el valor de las reuniones sociales.
Un referente del mueble georgiano es Thomas Chippendale, de cuyo trabajo puedes ver una muestra en esta cómoda del siglo XVIII.
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Otro material muy importante en la decoración georgiana son los tejidos, algodón, lana y lino principalmente. Vestir las habitaciones es tan importante como poner muebles en ellas. Abundan los tapizados, cojines, mantas, manteles y cortinas. Hay auténticas obras de arte a punto de cruz, delicados bordados en las telas, y en prácticamente en todas las habitaciones encontraremos una o varias alfombras.
Especialmente en el periodo de la Regencia, que es cuando Jorge IV tuvo que sustituir a su padre enfermo, la decoración georgiana se abre a influencias de distintas partes del mundo. Ya en su origen es evidente la fuerte inspiración, tanto en la arquitectura como en los interiores, del estilo que predominaba en Italia, pero también hay cierto alarde de los descubrimientos del Imperio británico. Vemos porcelanas o sedas de origen oriental, o simplemente patrones en el papel de las paredes que, aun conservando la sencillez y repetición propias del estilo georgiano, tienen un toque exótico.
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En general, si quieres dotar a tu hogar de un aire georgiano, piensa mucho en los materiales que utilizas y los colores que dominan. Son maderas o tejidos de muy buena calidad que impresionan de por sí, pero que cuentan con toque personal, distintivo, un detalle que dé sentido al conjunto. Hacer de lo más sencillo, un objeto único.
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Si te gusta el estilo georgiano, no hay nada mejor que hacerse un viajecito al sur de Inglaterra y perderse por sus anticuarios y sus mercados. Es un tipo de decoración bastante do it yourself, a base de paciencia y encontrar buenas piezas, aunque hay algunos especialistas -no muchos- que te pueden servir de guía. Si tu inglés es bueno (y si no siempre puedes quedarte con las fotos), te recomendamos el blog Georgian Regency Interiors del estudio Etons of Bath, de donde puedes sacar unas cuantas ideas.
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