El papel pintado ha tenido sus épocas de esplendor y sus años de ostracismo, cuando era sinónimo de casposo y trasnochado. Ahora parece que vuelve a vivir una edad dorada, y con ello no sólo conseguimos espacios de mayor impacto decorativo, sino más y mejores diseños en papeles, porque se convierten en objeto de deseo. Tanto es así que algunos papeles son verdaderas obras de arte. A menudo, cuando veo muestrarios de papeles suelo pensar en los pedazo de artistas que crean esas tramas y patrones tan maravillosos. No son piezas expuestas en una galería, pero su valor artístico y creativo es similar. Así que imaginaos la suerte que tenemos de poder disfrutar de estas creaciones en las paredes de nuestras casas.
Pero el valor que aportan los papeles pintados no es sólo estético. Añaden confort a los espacios, aumentan la sensación de calidez y modifican nuestra percepción del entorno.
En Papeles de los 70 disponen de un enorme catálogo de patrones para elegir el papel pintado que más nos guste para cada espacio y personalidad. Desde diseños de inspiración más clásica, hasta los florales frescos y alegres, pasando por los grandes diseños geométricos y la mayor parte de los modelos en distintos tonos y colores.
A la hora de elegir el papel pintado que más nos gusta para un espacio, son tres las cualidades a tener en cuenta: color, textura y diseño. Estas cualidades influyen en el efecto estético que aportan a los espacios: un estampado floral convierte una cocina en un espacio más fresco y luminoso; los patrones geométricos transmiten sensación de seriedad y elegancia y en los espacios infantiles, provocan sensación de orden, gracias a la repetición ordenada de sus motivos; los dibujos figurativos suscitan sensación de movimiento por eso, a su vez, evocan mayor profundidad (una gran bosque, un conjunto de animales, un espacio abierto); el papel pintado textil aísla térmica y acústicamente las estancias y transmite una gran calidez…En definitiva, los papeles pintados con sus diferentes estampados (geométricos, florales, texturizados, figurativos, etc.) modifican nuestra percepción de los espacios, de modo que transformamos las estancias con sólo añadir este recurso decorativo.
Yo, como interiorista, no me cansaré de recomendar papeles que puedan ser más «atrevidos» de lo que muchos clientes en principio se plantean. Creo que ahora mismo tenemos la oportunidad de componer espacios increíbles gracias al recurso del papel. Si no nos atrevemos a darles todo el protagonismo en una estancia, para que no atraigan demasiada atención, siempre podemos recurrir a ellos en pequeños rincones que a primera vista no tienen especial interés pero que pueden convertirse en pequeños protagonistas gracias al papel.
En Papeles de los 70 disponen de un enorme catálogo de patrones para elegir el papel pintado que más nos guste para cada espacio y personalidad. Desde diseños de inspiración más clásica, hasta los florales frescos y alegres, pasando por los grandes diseños geométricos y la mayor parte de los modelos en distintos tonos y colores. Además, disponen de una amplia oferta en papeles de distintos materiales, con la versatilidad que aportan texturas como la rafia, el corcho o el textil. Todos ellos tienen un enorme impacto decorativo y se adaptan a cualquier estilo, desde los más glamourosos y audaces, hasta los más clásicos y evocadores.