Ese es sin duda el objetivo con el que trabajamos.
A principios de diciembre salió publicada una lista que en el sector del interiorismo resulta bastante interesante. Se trata de los 100 diseñadores del año según la revista Architectural Digest edición Estados Unidos. No es una biblia, ni son todos lo que están, ni están todos los que son porque sin duda está muy enfocada al mercado estadounidense, y aunque hacen sus guiños a los grandes estudios internacionales, lo cierto es que el conjunto general de los 100 imprescindibles de Architectural Digest son diseñadores, arquitectos y decoradores con un estilo muy clásico. El concepto clásico no es ni mucho menos algo peyorativo. Todo lo contrario, lo clásico es tal por que demuestra ser atemporal y universal.
Diseño: Virginia Tupker
(Justo esta semana han publicado la versión española, con un montón de gente con un talento impresionante también.)
Convertir los espacios en lugares en los que apetece estar. Ese es mi trabajo.
Cuando salió la lista estuve dos días enteros revisando el trabajo de casi todos los diseñadores en mis ratos libres. Y confieso que paseando por los proyectos de los distintos estudios todo el rato tenía una sensación de… la pasta que ha podido costar cada una de estas casas (hablo de la versión americana). Aún así, la mayor parte de los proyectos me encantaron, me chiflaron, me enamoraron. No me canso de ver uno detrás de otro muchos de los espacios diseñados por estos grandes del interiorismo. Y me quedo con todo, con el valor de los detalles, de las texturas, del conjunto, … Con todo el trabajo de detalle y artesanía, porque son proyectos en los que se nota que cada mínimo elemento ha sido trabajado.Diseño: Rose Uniacke
En los últimos años hemos surgido nuevos profesionales para acercar otro concepto de interiorismo. En realidad, no es otro concepto, es el mismo, pero nuestro target, presupuesto y formas de ejecutar los proyectos es diferente. El objetivo es el mismo, incluso me atrevo a decir que mejor, porque debemos solventar las necesidades con unos recursos mucho más limitados.
Cuando entro en un espacio siempre hay una serie de principios que se mueven en mi cabeza (orden, funcionalidad, circulación, luminosidad). Qué van a hacer las personas cuando estén ahí dentro. Y lo que quiero es que lo que hagan, lo hagan a gusto. Tal cual. Pero no cuentan con presupuestos ilimitados, así que deben aprender (y yo con ellos) a priorizar. Deben hacer una selección y quedarse con lo mejor de lo que se pueden permitir para utilizar otros recursos menos costosos en otras soluciones.
Aún así, y a pesar de no disponer de todo el dinero del mundo, el objetivo se mantiene: funcionalidad, confort, belleza y bienestar.
Diseño: Commune Design
Que a uno le den ganas de estar en casa. Que a uno le apetezca recostarse en el sofá, irse a la cama, ducharse por la mañana. Porque a nuestro alrededor el espacio nos lleva a sentirnos bien, a estar cómodos, a estar más optimistas, a mirar nuestra cotidianidad con más ilusión. Ese es nuestro objetivo. Esa es la idea con la que trabajamos. A veces tirando abajo las paredes, otras veces sencillamente ordenando los espacios y replanteando el mobiliario, el color o los tejidos.
Diseño: Studio Giancarlo Valle