Desde siempre la gente ha amado y vivido con la naturaleza. Especialmente los japoneses, que celebran el cambio de cada una de las estaciones y desean experimentar y vivir los cambios estacionales, la lluvia, el viento, las hojas, la luz natural, etc. Es por ello que esta casa se ha creado para convivir con el medio ambiente, con un pequeño bosque en su zona de estar, para hacer más fuerte esa relación hombre-naturaleza.
Normalmente en cualquier casa es fácil diferenciar la zona interior de la exterior. En este caso, ambas zonas están conectadas de una manera amable, donde las personas pueden sentir el espacio, la madera, la naturaleza, la estación en la que se encuentra.
Los espacios interiores son amplios y muy luminosos. Los grandes ventanales permiten el paso de luz natural al interior y unas cortinas de tul blanco tamizan esa luz directa y crean una atmósfera más cálida y relajada. A su vez las cortinas nos ayudan a dividir el espacio en distintas estancias según la posición de las mismas.
* vía: archidaily