La casa sufrió una importante remodelación, para ello el estudió Loft Kolasinski se inspiró en la antigua arquitectura mediterránea. La cocina es uno de mis espacios favoritos, una mezcla entre lo rústico y lo industrial, donde al acero inoxidable de los muebles, la mesa de madera con patas de hierro, el módulo de almacenaje de corte moderno y las paredes de ladrillo pintado, conviven a la perfección. Me gusta mucho el toque del cableado a la vista, lejos de ocultarlo se le ha dado protagonismo.
La mayoría de los muebles, lámparas y alfombras provienen de Polonia, de la República Checa y Dinamarca, piezas que van desde los años 50 a los 70. Un ejemplo de ello son los cuatro sillones de la sala, tapizados en color gris, que también necesitaron una restauración completa. Son piezas exclusivas adquiridas en subasta y creadas en una pequeña fábrica en Zadzielu, cerca de Zywiec, que estaba especializada en el estilo Bauhaus. Dicha fábrica fue obligada por las autoridades a producir mobiliario sólo para la rama de medicina alegando que los diseños de Zywiec eran demasiado vanguardistas.
En la terraza se utilizaron mesas de su propia creación (aquí podéis ver sus productos), combinadas con sillas de los Eames de finales de los sesenta y asientos de acero y fibras de la misma época.
Si os digo la verdad me he quedado con ganas de más, tengo curiosidad por saber cómo son los dormitorios y los baños, imagino que serán austeros sin van en la misma línea del resto de la casa, pero hubiera sido un detalle que los mostraran en la web :-). Aún así, y a sabiendas de que no a todos os gustará, me apetecía enseñar una casa carente de ornamentos, incluso de comodidades, donde la belleza radica en su desnudez. ¿Qué os parece?…
¡¡Feliz fin de semana!!
Fotografía: Karolina Bak
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