Desde esa época, como se suele decir, “ya ha llovido”, pero el gusto por el diseño industrial no ha desaparecido. En we-are-scout.com hemos encontrado una casa que nos ha conquistado. Está en Estocolmo y, antes de convertirse en un espacio que derrocha buen gusto, era una fábrica de cerveza -aquí os tengo que confesar que el binomio decoración/cerveza me gusta, y mucho-.
Siendo el edificio una fábrica en el pasado, no podemos esperar otra cosa que amplios espacios y techos altos. Las enormes ventanas tienen los marcos negros y dejan entrar la luz para inundar cada rincón de la casa.
Las paredes blancas y el suelo de madera clara compensan el negro de ventanas y algunos de sus muebles, de estilo sencillo y confortable.
En el salón las distintas texturas se mezclan para crear un ambiente agradable y acogedor. El sofá, de terciopelo, la alfombra, los tejidos de los cojines y el plaid de punto combinan a la perfección con el mobiliario de madera.
La cocina sigue la línea de la sencillez vestida con muebles bajos de madera clara. Las sillas del comedor son también de madera y enea. Los materiales naturales conviven a la perfección con las vigas, el hierro y el aluminio, tan característicos de la arquitectura industrial.
En las habitaciones y el baño los detalles decorativos son poco sofisticados. El blanco y el negro son los colores que predominan, con las piezas justas, dejando que la arquitectura de la vivienda no pierda el protagonismo.
Esta casa la marcamos como una de nuestras favoritas, ¿qué os ha parecido, compartís nuestro gusto?
Visto en: we-are-scout.com
Fotos de: Alexander White
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