A lo que vamos.... La caja mágica de Navidad.
Una caja de frutas es lo que nosotras teníamos... Una caja de frutas, figuras del Nacimiento, y lágrimas de cristal, ¡muuuuchas lágrimas de cristal! Éstas las conseguimos en un mercadillo en nuestra ciudad. Un muchacho muy gracioso nos las vendió todas a un muy módico precio. Las tenía en un "táper" sucio y viejo, y cuando se dispuso a meter los cristalitos en una bolsa de plástico, una de las dos le dijo al chaval que por qué no las dejaba en el táper. "Nooo, hombreee, la fiambrera la necesitooo"... ¡Nos partíamos de risa, pero al final la conseguimos!
Lo primero que hicimos fue limpiar la caja a fondo (aún olía a manzanas..) y darle un aspecto envejecido con una mezcla de cera incolora y betún de judea.
Fuimos enhebrando las lágrimas de cristal en cuerda...
Usamos clavos para unir la cuerda a la parte superior de la caja.
Un antiguo mantel y unas simples chinchetas nos sirvieron para vestir el interior.
Con las lágrimas queríamos representar una helada... Parecen carámbanos, ¿no creéis? ... ¡Qué frío más grande debía hacer aquella Noche en Belén!
Y así quedó nuestro Misterio para esta Navidad...
¡Y ahora os toca a vosotr@s! ¡Sorprendernos con vuestra imaginación y habilidad!
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